Los saldañunos lloraron la muerte de María Iraides Apache

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
La comunidad acompañó el féretro de la madre de tres hijos, de 31 años de edad, quien fue víctima de una puñalada que le propinó Rolando Ruiz Flórez, quien huyó luego de cometer el ilícito. Allegados a la víctima indicaron que le dio mala vida y que ella lo había dejado hace cuatro meses.

Hasta el cielo quería ‘llorar’ ayer en la tarde en Saldaña. No abrió fuertemente como lo hizo en las últimas tardes sobre el municipio, sino que las gotas de agua que cayeron se conjugaron con las lágrimas de los saldañunos que estaban en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, acompañando los despojos mortales de María Iraides Apache, la madre de familia de 31 años que había sido asesinada por su exesposo el pasado domingo.

Todo el pueblo se volcó al parque principal a acompañar a la madre de la mujer, Fabiola Apache, a los tres huérfanos de 17, 13 y 11 años de edad, y los cuatro hermanos que tenía María Iraides.

El pueblo recordó a esta mujer que reposaba en un ataúd sencillo de color café, donde no hubo flores, a raíz de su lucha incansable por ser mejor persona.

Tanto así que en un mes recibiría su grado de bachillerato que estaba cursando en la nocturna del colegio Roberto Leyva, misión que se propuso, dijo su amiga Eugenia Moreno, para salir adelante, dar todo a sus hijos y comenzar una nueva vida sin el hombre que por espacio de 15 años la hizo sufrir, tanto así que le quitó la vida.

“Era una mujer querida, luchadora y trabajadora, porque provenía de una familia humilde de Saldaña. Su tragedia comenzó desde que se fue a vivir con Rolando, un hombre que se desempeñaba como cotero y siempre la maltrató. Fue tanta su violencia que ella lo denunció dos veces este año y nada pasó a favor de ella”, afirmó una compañera de clases.

Para sus vecinas en el barrio El Carmen, María fue una mujer que soportó todo tipo de maltratos de su pareja, lo que conllevó a que ella hacía cuatro meses lo dejara definitivamente, decisión que Rolando no entendió.

El domingo

Algunos saldañunos recordaron que vieron el pasado domingo muy temprano a Rolando en su motocicleta.

“Él buscó a María el domingo en la mañana y le dijo que volvieran. Ella le contestó que no, pero que quedaran de buenos amigos y que lo único que le pedía es que le ayudara con la manutención de los hijos. Él, me contó ella, le dijo ‘si usted no es para mí, no será para nadie’ y en la noche la mató”, sostuvo una amiga de María y compañera de trabajo en el jardín infantil Chiquitines.

Y agregó que ella hacía tiempo corría peligro, pero a lo mejor no se imaginó que Rolando la asesinara.

Rolando luego de atacarla, fue a donde una de sus hermanas y le comentó que la había matado, le pidió una bolsa y huyó.

María se convirtió para los saldañunos en un símbolo de la violencia que hoy padecen las mujeres de este municipio, denuncias que, las mismas señoras aseguran, no paran en la Comisaría de Familia.

María Iraides fue despedida con una canción a la madre, canto que hizo llorar a los presentes en su entierro. Taxistas, amas de casa, sus compañeras de colegio, los niños del jardín y los mismos hombres de Saldaña lamentaron su partida, en un recorrido por las calles de Saldaña, donde muchas veces ella era vista llena de energía y con ganas de triunfar.

Mientras tanto, en el barrio Villa Manuel, donde fue asesinada, la gente merodea para mirar dónde cayó esta mujer que buscaba ser libre y dar a sus hijos todo lo que ella por su vida humilde no tuvo.

Credito
REDACCIÓN JUDICIAL

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