Los hechos acaecieron el 24 de junio de 2011, cuando en un operativo militar adelantado por tropas del batallón José Domingo Caicedo y, luego de labores de inteligencia militar, detectaron que de una vivienda de la región salieron los dos hombres con una bolsa negra y un machete, quienes recorrieron unos metros más e iniciaron una excavación en la que enterraron un artefacto explosivo.
Al darse cuenta de la presencia de los militares emprendieron la huida, sin embargo, fueron capturados y presentados ante un Juzgado Penal de Chaparral.
El fallo en mención hizo referencia además, a que a los hombres se les encontró en su poder un proveedor para pistola calibre nueve milímetros y 12 cartuchos para arma calibre 7.65.
Igualmente los sentenciados fueron procesados por el delito de fabricación, porte y tráfico de armas y municiones de las Fuerzas Militares, por poner en riesgo la vida de la población civil utilizando explosivos de alto poder.
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