Sentida despedida al policía tolimense

JORGE CUÉLLAR - EL NUEVO DÍA
Por aquellas calles por donde corrió y creció junto a sus hermanos y vecinos, estos mismos lo despidieron ayer en medio del llanto a su héroe, el patrullero Mario Arévalo que regresó a su tierra en un ataúd, la vereda Caldas Viejo, en Alvarado.

Los parientes y uniformados de la Policía caminaron con el féretro hasta la capilla donde en una sentida ceremonia lloraron y cantaron para darle el adiós al tolimense que fue asesinado por presuntos guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional, ELN.

Una de las personas que se encontraba en el sepelio era Armando Arévalo, tío del suboficial, quien le dijo a EL NUEVO DÍA: “Era una persona trabajadora y antes de irse de acá vivía con sus padres y hermanos”.

Arévalo, tío, es un agente retirado de la Policía y su sobrino quiso seguir sus pasos y por eso le pidió que lo ayudara a ingresar a la Institución y en el 2012 llegó a la escuela Gabriel González en Espinal.

Luego de graduarse fue enviado a Nariño y designado a Providencia donde junto a el intendente Jhon Fredy Vargas Muñoz, de 42 años, fueron ultimados en el parque principal de dicha ciudad.

Los coroneles Óscar González, comandante de la Policía Metropolitana de Ibagué y Nelson Quiñones, subcomandante de la Policía del Tolima estuvieron en las exequias del patrullero, quien no tenía esposa ni hijos.

Credito
ANDRÉS PÁEZ

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