El Liverpool, cuando no se había cumplido la hora de partido había logrado la proeza de igualar la eliminatoria, con los goles del belga Origi (7’) y un doblete en apenas dos minutos del holandés Wijnaldum (54’ y 56’), que entró tras el descanso en sustitución del lateral escocés Andrew Robertson, lesionado en el primer tiempo.
Y cuando el partido se dirigía hacia la prolongación, una jugada de pillería del lateral derecho del Liverpool, Trent Alexander-Arnold, en el minuto 79, dio el pase a la final al Liverpool.
Cuando la defensa del Barcelona estaba inexplicablemente descolocada y esperaba un lanzamiento de córner por alto, el lateral inglés lanzó raso el balón a Origi, que marcó el tanto de la clasificación.
El Liverpool, que jugaba sin sus dos estrellas, Mohamed Salah y Roberto Firmino, lesionados, se clasificó además a su segunda final consecutiva, tras caer el año pasado en Kiev contra el Real Madrid.
El Barcelona, por su parte, revivió los fantasmas del año pasado, cuando la Roma lo eliminó en cuartos de final, con una remontada similar a la sufrida ayer en Liverpool, cuando tras ganar por 4-1 en la ida en el Camp Nou, cayó en la capital italiana por 3-0.
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