A pesar de salir aplaudidos por los aficionados y rescatar un punto en su patio ante el Once Caldas (3-3), Deportes Tolima mostró falencias en la zona defensiva que le costaron tres tantos en 45 minutos.

“En el entretiempo se les dijo que este es un equipo que está mostrando jerarquía. Un grupo que está primero (en la tabla antes de que se jugara la fecha siete) no puede perder 3-0 en su casa y menos de esa forma, con errores que no podemos seguir cometiendo”, aseguró el samario Alberto Gamero.

La reacción Pijao será inolvidable para muchos de los seguidores tolimenses que asistieron al Murillo Toro, aunque algunos lanzaron improperios contra el Vinotinto y oro, en el desespero por ver a su equipo darle vuelta al marcador.

“Para el segundo tiempo se hicieron unos cambios, de jugadores y actitud del equipo. Tolima en la parte complementaria dejó entrever que quiere pelear y estar en los primeros lugares, eso me tiene feliz”, dijo el técnico Vinotinto y oro.

El ingreso de Wilfrido De la Rosa, Andrés Felipe Ibargüen y el uruguayo Héctor Acuña marcaron el destino del partido, un tridente que con velocidad y gambeta desequilibraron y sacaron provecho a los espacios que brindó el conjunto Albo tras la expulsión de Luis Murillo (60’).

“Esto es de tranquilidad y paciencia, esto no es de que un jugador entre en el segundo tiempo y se la ganó (la titularidad). Hay que tener cabeza fría y observar lo mejor que podemos tener para el equipo. Por los jugadores que salieron no estábamos perdiendo el partido, la forma de pensar no es esa”, aseveró.

Y agregó que la enseñanza que le dejó el compromiso “fue que los futbolistas que entraron en el segundo tiempo lo hicieron con ganas y entusiasmo, muchas veces las sustituciones no salen. Me deja tranquilo de que cuando miro hacia el banco (de suplentes) hay gente que responde.

“Empatamos el juego un poco tarde por las múltiples opciones de gol que tuvimos. Nadie puede decir que el equipo igualó porque Caldas tenía 10 hombres, se empató porque los muchachos mostraron jerarquía y actitud en la cancha”.

Sobre el acompañamiento de la gente al Murillo Toro, Gamero aseguró que “la tristeza que tenía en el primer tiempo era porque al estadio le vino gente y no quiero que mi equipo defraude a los aficionados que asisten a los partidos. Ese era el temor que tenía, pero les agradezco a aquellos que vinieron a apoyar al grupo”.

En cuanto a los errores cometidos por la zaga en la primera parte “voy a analizar bien porque a un equipo de local no le pueden hacer tres goles en 45 minutos. Hay que corregir y mirar dónde tenemos que cambiar piezas. Tenemos 13 puntos que nos dejan en la parte alta de la tabla”.

Por su parte, el empate, según Flabio Torres, radicó en “la expulsión; es muy determinante porque Tolima empujaba bien y en el segundo tiempo estuvo mucho más colectivo y tomó riesgos. Con 10 hombres fue más difícil porque no fuimos claros atrás, así mismo, nos tocó perder gente en el ataque”.