Jugadores del Deportes Tolima casi mueren en accidente de avión: una historia inolvidable

TOMADAS EL TIEMPO 1962 – EL NUEVO DÍA
Crédito: El Tiempo / El Nuevo Día.
La tragedia del avión donde viajaban los jugadores del equipo brasileño Chapecoense recuerda, aunque no con esa misma magnitud, lo sucedido al plantel Vinotinto y Oro en 1962, cuando una emergencia en la aeronave en que viajaban generó daños que obligaron a un aterrizaje forzoso.

Esta tarde a las 3, cuando los aficionados del Deportes Tolima saquen en el estadio Manuel Murillo Toro sus cartones marcados con el ‘#ForçaChape’ y luego ruede el balón para el partido de revancha de los cuartos de final de la Liga ante Patriotas, pocos recordarán que una tragedia similar al Chapecoense casi se cierne hace más de cinco décadas sobre el plantel Vinotinto y Oro.

Sucedió el 20 de marzo de 1962, los Pijaos viajaban desde Medellín hacia Bogotá en un vuelo de Avianca, cuando el piloto anunció a la torre de control del aeropuerto El Dorado, que la aeronave tenía problemas en el tren de aterrizaje, por lo que luego de varias maniobras, aterrizó con el popular ‘barrigazo’.

El elenco Vinotinto venía de disputar su encuentro por la séptima fecha del rentado local el 19 de marzo de 1962 ante Independiente Medellín, partido en el que los ‘musicales’ cayeron por 4 a 2; esa noche descansaron en la capital antioqueña, y al otro día partieron en el vuelo de las 8 de la mañana.

El Constellation de Avianca con matrícula HK-653 despegó sin problemas del aeropuerto con 67 pasajeros y cinco tripulantes, pero cuando ya estaba todo listo para aterrizar, el piloto, capitán Ramiro Sanín, informó que tenía fallas en el avión por lo que no pudieron aterrizar.

Los periódicos de la época informaron que la aeronave tuvo que sobrevolar durante tres horas la capital de la República, con el fin de agotar el combustible, por lo menos mil 700 galones, y de esta manera, si se estrellaban, evitar un posible incendio que habría dejado resultados catastróficos.

‘Barrigazo’

El periódico El Tiempo de 1962, informó que “cerca de las 11 de la mañana y después de dos horas de vuelo sobre diferentes lugares de la sabana de Bogotá, sin que se lograra el correcto funcionamiento del tren de aterrizaje, el piloto comunicó a los pasajeros que la única solución para tocar pista era un aterrizaje forzoso”.

Todos los pasajeros recibieron instrucciones, se ordenó usar el cinturón de seguridad, entre otros protocolos; los viajeros habrían atendido las recomendaciones con tranquilidad; en tierra, los colombianos estaban expectantes de lo que pudiera suceder, y los organismos de socorro se trasladaron a El Dorado.

A las 12 del día, el capitán Sanín habló a radiooperaciones de Avianca que empezaría a descender; las ambulancias de la Cruz Roja también llegaron, así como uniformados de la Policía Nacional.

“El avión hizo el último sobrepaso sobre el campo y finalmente se aproximó sobre la cabecera de la pista, por el costado occidental, como si fuera a practicar un aterrizaje normal. Disminuyó la velocidad y el ingeniero de vuelo cortó las instalaciones eléctricas y los conductos de fluidos inflamables.

“A medida que el avión se acercaba a la pista, las maquinas de los bomberos y las ambulancias se fueron movilizando lentamente hacia el sitio donde iba a caer el aparato.

“En cosa de 10 segundos se cumplió la operación del aterrizaje de ‘barriga’. Una columna de humo se levantó cuando el cuerpo del avión se deslizó sobre la pista, y una especie de llamarada (chispas intermitentes) se provocó al ponerse al rojo vivo el metal de la parte inferior de la nave, al rozar contra la pista de concreto”, según El Tiempo.

También se narra que una vez se detuvo el avión, tres puertas se abrieron para evacuar a los pasajeros, muchos de ellos saltaron por las ventanillas, y luego el argentino Rodolfo Bediale, quien había marcado uno de los goles, sufrió una conmoción nerviosa.

El presidente de la aerolínea, invitó a todos los pasajeros a un brandy, y luego envió a los Pijaos para Ibagué en bus.

Síntesis de aquel partido

Medellín 4 – 2 Deportes Tolima

Esa tarde el Deportes Tolima formó con Fernando Fernández; Julio Pérez, Héctor Rodolfo Abadie (argentino), César Díaz, Juan Montero, Arturo Solórzano, Alfredo Laya, Óscar Sapia (argentino), Benito Cejas (argentino), Juárez Mansilha (primer brasileño en vestir la vinotinto) y Rodolfo Bediale (argentino).

El técnico era Roberto Avallay; también viajaron el segundo portero Luis A. Triana y el recordado utilero, Marcos Martínez (Q.E.P.D).

Al estadio Atanasio Girardot ingresaron siete mil 489 personas, el arbitro fue Ovidio Orrego.

En el primer tiempo se marcaron cuatro goles, el Medellín empezó ganando con anotación de Mottura y Greco a los 19’ y 27’ respectivamente; empatarían los Pijaos por medio de Bediale (34’) y Cejas de penal a los (41’). Para el complementario anotaron por los locales, Carillo (6’) y Musso (23’).

Hasta ese momento Deportes Tolima marchaba en el puesto décimo de 12 equipos con cinco puntos, producto de un partido ganado, tres empates y tres derrotas; seis goles a favor y 13 en contra

Dato

Cuenta Guillermo Ruiz en su libro sobre el Deportes Tolima, que un sacerdote que venía como pasajero en el avión, en vez de confesar a los jugadores, les dio la absolución.

Cifra

futbolistas y directivos del Deportes Tolima iban en el avión de matrícula HK-653.

Credito
ANTONIO GUZMÁN OLIVEROS

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