La jornada inició con inconvenientes para los aficionados a la tauromaquía, pues durante las protestas previas a la jornada, tras cinco años de ausencia, se presentaron desmanes y disturbios con el personal del Esmad de la Policía, por las agresiones y vandalismo de algunos asistentes a las manifestaciones.

A pesar del llamado a la tolerancia del jefe de Servicios de Feria Taurina, coronel José Gualdrón, y de los 1.200 uniformados que se dispusieron para mantener el orden previo, durante y posterior al evento, algunas personas lanzaron objetos, insultaron, escupieron e incluso golpearon algunos de los asistentes a la corrida cuando trataban de ingresar a la plaza.

El dispositivo de seguridad dispuso que solo podrían acercarse a las inmediaciones de la plaza los asistentes que contaran con entrada al evento, por lo que los manifestantes aprovecharon para gritar a coro "asesinos" a todas las personas que pasaban los filtros de la Policía.

Entre tanto, el secretario de seguridad de Bogotá, Daniel Mejía, informó que además de las agresiones contra los asistentes y la Policía, también se registraron hechos contra miembros de la Defensoría del Pueblo.

"Funcionarios de la Personería, gestores y policías agredidos por quienes protestan contra las corridas de toros. Violencia contra la violencia. No estamos de acuerdo con corridas en Bogotá, pero forma de protestar no es agrediendo a funcionarios", indicó Mejía.

Asimismo en medio de las protestas, un uniformado prohibió al fotógrafo Juan Pablo Pino, de Publimetro, que registrara lo que sucedía en la Plaza, hecho que fue rechazado por la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip).

La faena

Después que los aficionados a las corridas de toros pudieron ingresar al mítico escenario, cuyo aforo es de 14.500 personas y tuvo un lleno total, llegó el turno para los toreros de cartel internacional para darle un regreso con altura al toreo en la capital del país.

En en la corrida fueron repartidos de a dos ejemplares al azar, entre la revelación de 20 años y futuro matador, el peruano Roca Rey, el panameño Luis Bolívar y el español Julián López conocido como 'El Juli'.

La primera oreja de la tarde fue para Bolívar, quien salió coreado en su primera faena. El 'Juli' se fue en blanco de Bogotá, a pesar de haber tenido el reconocimiento de la afición bogotana, que aplaudió los intentos del español.

Finalmente, en el momento cúspide de la tarde, Rey cortó las dos orejas al último toro del día con lo que se ganó la ovación de los casi 15 mil asistentes y salió en hombros de La Santamaría en medio de aplausos y arengas.

A la salida de la corrida, los ánimos y el número de manifestantes habían disminuido por lo que a pesar de los inconvenientes previos, pudieron disfrutar del retorno de la tauromaquía a la capital.