Coaching educativo

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La tecnología en la educación no debe confundirse con hacer enormes inversiones en computadores de última generación, llenar espacios de Wi-Fi o de dotar a los estudiantes de tablets, sino en cómo esas herramientas tecnológicas refuerzan y enriquecen el aprendizaje y transforman la misma educación.

Más o menos esa es la conclusión que contiene el documento elaborado por la Unesco frente a cómo la tecnología puede contribuir a esa transformación y mejorar la misma en nuestro país y en América latina.

El documento advierte que es precisamente la tecnología ese nuevo elemento en el mundo escolar que permite atacar de frente la deserción, sobre todo en la secundaria ¿Por qué? Por el interés que puedan desarrollar los muchachos en el uso de dicha tecnología en distintos tipos de aprendizaje hace que se interesen y se queden.

Según afirmara el director de Política Educativa de la Unesco, Francesc Pedró, dotar a una escuela o un colegio de equipos de cómputo y conexiones es lo más fácil, lo realmente difícil de ello es lograr que dichos recursos tecnológicos tengan usos adecuados y transformadores en procesos pedagógicos y de aprendizaje dentro del aula de clase.

Para hacer de las tecnologías algo relevante en la enseñanza se necesita primero acompañar al docente en su uso desde el nulo, poco o mucho conocimiento e interacción que tenga con las mismas.

El buen uso debe partir de los maestros y es allí donde se deben enfocar los esfuerzos antes que en los alumnos, porque si al docente no se le dan buenas prácticas tecnológicas terminará “fogotizando” la misma, o sea, termina haciendo lo mismo que si no tuviera a su disposición equipos y conexiones.

No se trata de sacar a los docentes del analfabetismo digital, porque con solo tener un correo electrónico, usar pagos en línea o búsquedas por internet, demuestran su no analfabetismo, lo que sucede es que no se sabe cómo hacer más uso de las mismas para educar. “El principal problema que tiene la escuela colombiana no es utilizar más la tecnología. Es cómo conseguir mejorar las competencias profesionales de los docentes, y ahí es donde la tecnología puede representar una ventana de oportunidad”, dijo Pedró en entrevistas a medios de circulación nacional.

La gran batalla para mejorar la calidad de la educación, apoyada en el uso de las tecnologías, pasa por incentivar el uso de éstas en los docentes y no se trata solamente de más remuneración, si no, por ejemplo, de posibilidades como más tiempo para ellos y sus otros asuntos, cada vez que se capaciten en el uso de las TIC y las apliquen.

Igualmente, no se trata de citar y citar a los docentes para capacitarse en otros lugares o invertir de su tiempo para dichas capacitaciones, si no que aquellos que los vayan a capacitar hagan un acompañamiento permanente en el aula de clase, que ésta se convierta en el gran laboratorio donde el docente aprende y desarrolla lo aprendido de una vez.

Es decir, que lo que actualmente está de moda en el país y la región que es dote de laboratorios de informática o salas de cómputo, puntos de internet, entregue computadores y tablets a instituciones educativas no sirve de nada si no es con un acompañamiento de capacitación sobre la tecnología y sus herramientas a los docentes, pero directamente en las aulas y los colegios, sin necesidad de extraerlos de allí o ponerlos en más horas para capacitaciones; al contrario, es dentro de la misma jornada escolar y en sus mismas clases, aplicando una especie de coaching educativo.

Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ -GERSÁN-

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