Conflictos milenarios y sus desarrollos

Es preciso acudir a la Biblia para determinar el origen de las confrontaciones entre los pueblos judío y árabe. Hacia el siglo XIX antes de Cristo se inició la milenaria disputa entre los descendientes del patriarca Abraham.

Una de esas facetas se radicalizó en 1948 entre palestinos e israelíes a raíz de la creación del Estado de Israel que se materializó mediante el despojo de tierras de los palestinos.

Pues bien, esa guerra que se mide en miles de años, miles de muertos y ríos de sangre vive por estos días intentos de saldarse por acuerdos entre los líderes de los dos bandos.

Nadie menos que el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu (halcón como pocos) y el presidente palestino Mahmud Abbas han encabezado las negociaciones, por encima de la oposición de las minorías ortodoxas y guerreras que solo entienden la opción del exterminio.

Los pasos dados habrían sido inconcebibles hace apenas unos meses pero los buenos oficios (y las presiones) del secretario de Estado John Kerry llevó a los contendientes a dar muestras de la voluntad de paz. Hace 90 días fueron liberados más de 80 palestinos detenidos (que estaban a punto de cumplir sus condenas); en la madrugada del pasado miércoles fueron liberados otros 26 (estos purgaban cadena perpetua por el asesinato de soldados y ciudadanos israelíes) y hacían parte de los considerados grupos terroristas como Fatah, Hamas y FLPP. Para mediados de 2014 se espera completar la liberación de 150 de los 5 mil que siguen en prisión. Falta mucho para llegar a la paz definitiva, pero, al menos, se dan los pasos para comenzar a desmantelar una guerra milenaria.

Tal vez lo ocurrido entre Israel y Palestina muestre a los protagonistas de un conflicto como el colombiano que existen caminos, opciones y alternativas para la paz.

De hecho aquí también existen dos facciones: el gobierno que con los diálogos de La Habana con las FARC y las incipientes conversaciones con el ELN busca poner fin a una sangrienta confrontación que tiene ya más de medio siglo. Como en Israel y Palestina también existe una facción que solo concibe la solución armada, como quedó demostrado en la convención del Uribe Centro Democrático en la que los tres aspirantes a la candidatura pretendían ofrecer la posición más radical y se ofrecían como los más intransigentes guerreros que habrían de lograr por la fuerza lo que no obtuvieron en los ocho años que estuvieron en el poder.

Queda así planteada una de las disyuntivas que habrán de agitar las elecciones presidenciales del año entrante: el diálogo o la guerra. Sobre el tema deberá pronunciarse elocuentemente el elector so pena de seguir haciendo méritos los colombianos para superar en el tiempo la confrontación entre palestinos e israelíes.

REDACCIÓN EDITORIAL

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