Señales para el optimismo

Por tales razones no es extraño el anuncio unificado de la llamada Oficina de Envigado y Los Urabeños en el que manifiestan su disposición a dejar las armas y a colaborar con las autoridades para denunciar no solo a sus colegas que no se sometan, sino a bandas rivales que continúen con su actividad criminal.

Pese a los altibajos que se advierten en el proceso de diálogos de La Habana, a las censurables acciones de la guerrilla contra civiles y uniformados secuestrados, las declaraciones de las partes indican que cada vez avanzan más las conversaciones.

A la par y con la intercesión de la Iglesia Católica y el apoyo de gobiernos amigos se perciben movimientos que indican la enorme posibilidad de un diálogo con el ELN.

De la misma manera, las últimas declaraciones del Presidente Santos en Antioquia en las que exige a las tropas una acción decidida contra las bandas criminales, parece haber tenido su efecto. Claro que estos grupos armados irregulares habrán sabido otear en el ambiente las proximidad de un acuerdo de paz y saben que en tales circunstancias quedarían en la primera línea de fuego y todo el aparato militar se volcaría en su persecución y neutralización.

Por tales razones no es extraño el anuncio unificado de la llamada Oficina de Envigado y Los Urabeños en el que manifiestan su disposición a dejar las armas y a colaborar con las autoridades para denunciar no solo a sus colegas que no se sometan, sino a bandas rivales que continúen con su actividad criminal.

El gobierno a través del Ministro de Justicia, Alfonso Gómez Méndez, ha manifestado su interés en la última propuesta siempre y cuando se produzca bajo la figura del sometimiento a la justicia, ya que desecha cualquier pretensión de enfoque político que puedan esgrimir las bandas criminales.

De la misma manera crece la expectativa del mundo ante las posibilidades de paz y no pasa día sin que algún gobierno, un medio de comunicación u organización internacional se manifieste en apoyo de la iniciativa y se ofrezca desde apoyo hasta recursos para lo que se antoja ha de ser un largo y complejo proceso de reconciliación y reinserción de miles de combatientes a la sociedad.

Todas las auspiciosas señales pueden ir al fracaso por tan diversas contingencias que solo queda hacer votos por la continuación de los diálogos a finales de mes y la pronta conclusión de los mismos para iniciar la etapa de consolidación de la paz.

REDACCIÓN EDITORIAL

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