De caducidades, demandas y contratistas estrella

Es preciso recordar que Collins y su grupo han tenido similares inconvenientes en otro tramo de la doble calzada Bogotá- Buenaventura que toca territorio tolimense, por lo que debieron cancelar una multa de más de 8.5 millardos de pesos.

El Gobierno nacional ha decidido declarar la caducidad del contrato del Túnel de La Línea adjudicado inicialmente al consorcio Unión Temporal Segundo Centenario cuya cabeza visible ha sido el conocido contratista Carlos Collins.

La ministra de Transporte, Natalia Abello, ha expresado que de seguirse desarrollando la obra al ritmo actual se tardaría no menos de seis años más, asumiendo que se contaría con los recursos necesarios para culminarla.

En contraposición, la funcionaria expresa que al tomar en sus manos el Gobierno la fracasada obra se podría terminar en dos años. El plazo acordado con los contratistas se venció el 30 de noviembre del año pasado.

Collins ha comenzado a descargar sus baterías contra el vicepresidente Vargas, Cambio Radical, congresistas, gobernadores y alcaldes que no identifica y acusa a Vargas de tener intereses económicos y políticos en la potencial empresa encargada de culminar los trabajos.

El Gobierno asevera que ha pagado el 98 por ciento de los compromisos económicos del contrato y Collins y sus asociados replican que diversos factores han afectado el desarrollo y el costo de la obra , desde el invierno, las características del terreno y problemas ambientales, hasta hacer que las demandas contra el Estado de parte de los contratistas sumen medio billón de pesos que, con lo que falta para dar al servicio la obra, harían que el costo final del proyecto fuera el doble de los 600 millardos de pesos por los que fue adjudicada en tiempos del infalible Andrés Uriel Gallego.

Es preciso recordar que Collins y su grupo han tenido similares inconvenientes en otro tramo de la doble calzada Bogotá- Buenaventura que toca territorio tolimense, por lo que debieron cancelar una multa de más de 8.5 millardos de pesos. También que el túnel construido en Melgar está en proceso de reparación, luego de pocos meses de funcionamiento. Algo que debe indicarles a los del Ministerio que el fuerte de Collins y sus asociados no es propiamente el de los túneles, para que estas tristes historias, con tan graves consecuencias para la economía y competitividad del país y sus habitantes, no se repita.

A raíz de las críticas que se hicieron a lo largo de la Construcción del referido Túnel siempre han salido al quite una taifa de “periodistas” y opinadores a tarifa, en cadenas nacionales y emisoras locales contradiciendo lo que la evidencia mostraba y poniendo en duda los conocimientos y el profesionalismo de quienes informaban al respecto. Seguramente volverán a la carga con un argumento adicional: la siempre útil y polivalente persecución política que da para exculpar paracos, hackers, ladrones, asesinos, saqueadores del erario y, ahora, a contratistas incumplidos.

REDACCIÓN EDITORIAL

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