Editorial: Mentirosos, mitómanos o afectados por disonancia cognitiva

Queda claro quiénes eran los mentirosos (aquellos que faltan a la verdad), los mitómanos (los que tiene una aversión congénita a la verdad) y los que sufren de disonancia cognitiva (aquellos que terminan creyéndose sus propias mentiras).

En abril con el auspicio de la Cámara de Comercio de Ibagué se realizó un Foro del Agua, al que acudieron numerosos funcionarios y ciudadanos preocupados por la precaria y cada vez menos clara situación del suministro de agua para la capital del Tolima, agravada por la irresponsable inclusión de cuatro mil 500 hectáreas adicionales al área urbana a través del nuevo Plan de Ordenamiento Territorial POT.

Muy temprano en el evento y dentro de su tarea como veedores del agua, Vapi presentó un video donde se mostraba la forma incompetente, irresponsable, y peligrosa como se estaba construyendo una conexión para suplir las necesidades del conjunto de apartamentos El Tejar que con mil 100 unidades de vivienda cumpliría la cuota de Ibagué dentro del programa de vivienda gratuita del Gobierno nacional.

El video mostraba la afectación que se estaba produciendo a tres quebradas, las forma irresponsable como se tendía la tubería sin obedecer los más mínimos requerimientos para tales tareas y se remataba advirtiendo sobre los peligros que tal conducta y las filtraciones derivadas de esa incompetencia, tendrían sobre las vías, taludes y accidentes geográficos ubicados en la zona.

El video fue inmediatamente criticado y calificado de mentiroso no solo por media docena de funcionarios (con el alcalde a la cabeza) sino secundados por un coro de ciudadanos cuyo interés quedó claramente detectado por la irracionalidad de los argumentos.

El gerente del Ibal, Carlos José Corral Albarello, aseveró que los trabajos para suministrar agua a Boquerón y El Tejar estaban a punto de culminarse, el sapiente secretario de Desarrollo Rural (sin sonrojarse) refutó las evidencias de la forma poco profesional como se estaban llevando a cabo los trabajos y con suficiencia derivada, tal vez, de sus acendrados conocimientos de ingeniería e hidráulica aseguró que todos los “leves” detalles estaban corregidos y solucionados, el Director de Cortolima, a su vez, tranquilizó al auditorio señalando que no había motivo de preocupación pues con los acuíferos de Doima era muy fácil y barato subir el agua hasta Ibagué y todos, sin sonrojarse, se fueron a sus casas o a jugar golf.

Tres meses después y con fotografías tomadas el pasado sábado 25 de julio (algunas de ellas publicadas el viernes en este rotativo) se ilustró al lector sobre los efectos causados en las quebradas y la forma irresponsable como continuaron los trabajos. Más grave aún, las comunidades de Boquerón y El Tejar ya han organizado protestas colectivas ya que el racionamiento y la ausencia de agua ya tomaron carácter de permanentes y eso que todavía hay 600 apartamentos sin habitar.

Queda claro quiénes eran los mentirosos (aquellos que faltan a la verdad), los mitómanos (los que tiene una aversión congénita a la verdad) y los que sufren de disonancia cognitiva (aquellos que terminan creyéndose sus propias mentiras).

Falta ver en cuál categoría está el ministro, Luis Felipe Henao que también calificó de mentirosos y enemigos de la ciudad a quienes cuestionaban el anunciado fracaso.

REDACCIÓN EDITORIAL

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