La fuga de Santrich y sus implicaciones

Los críticos del Proceso de Paz, seguramente, le están echando “sal a la herida” con el argumento de “yo lo advertí”. Jesús Santrich también dejó sin argumentos a sus compañeros de Congreso, quienes ya no saben cómo defenderlo.

La fuga de Jesús Santrich estaba cantada para muchos. Tiene mucho por explicar. Videos, grabaciones y seguimientos lo comprometen. Pese a muchas advertencias que cruzaría la frontera hacia Venezuela, un país que bien conoce porque allí se refugió por muchos años del asedio de las operaciones militares, era para él muy fácil, la Corte Suprema de Justicia decidió por dejarlo en libertad.

Para varios sectores y analistas, su fuga es un “tanquetazo” contra la credibilidad del proceso de Paz, el mismo que en algún momento defendió Santrich como león herido y acorralado. Es también una burla a las instituciones de justicia y especialmente, a aquellas que le siguen procesos.

Jesús Santrich no acudió a la citación de la Corte Suprema de Justicia, su juez natural por su investidura de congresista. Allí lo estaba esperando un magistrado que investiga su presunta participación en el envío de 10 toneladas de cocaína hacia Estados Unidos y otras naciones. Un estado que en otros países califican de, excesivamente, garantista le permitió tener los escoltas que él solicitó -antiguos guerrilleros- salir de la cárcel, asumir la curul en la Cámara de Representantes, partir hacia la Zona de Reincorporación en Tierra Grata, en el Cesar, y luego “esfumarse”, aparentemente, hacia Venezuela.

Si no aparece pronto, como seguramente va a suceder, y tras la orden de captura librada en su contra, las autoridades colombianas tienen la obligación de solicitarlo en extradición al Gobierno de Venezuela. Ese pedido, significará otro episodio más de tensión entre las dos naciones. A Santrich le queda una citación en la Jurisdicción Especial para la Paz el 29 de julio, en un proceso por secuestro cuando era del Comando del Bloque Caribe, de no presentarse podría ser expulsado de esa justicia y perdería los beneficios.

Los críticos del Proceso de Paz, seguramente, le están echando “sal a la herida” con el argumento de “yo lo advertí”. Jesús Santrich también dejó sin argumentos a sus compañeros de Congreso, quienes ya no saben cómo defenderlo. Hoy, hace parte de lo que pareciera una nueva disidencia de las antiguas Farc, conformada por el temible alias “El Paisa”, alias “Gentil Duarte” y alias “Iván Márquez”; quienes han dejado la sensación que ya están más en el monte rearmándose, que en la ciudad “guerreando” con argumentos, la reincorporación a la vida civil de cientos de colombianos.

REDACCIÓN EDITORIAL

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