Cierre de Medimás: Peor la cura que el cáncer

No va a ser fácil que las Eps actuales asuman, de manera pronta, un volumen tan abultado de usuarios. Sumado a lo anterior, hay gran incertidumbre, otra vez, por las billonarias deudas que tiene Medimás con hospitales (...) y por supuesto, con los muy pronto, nuevos desempleados víctimas.

Con la reciente decisión del Tribunal Administrativo de Cundinamarca de revocar la habilitación de funcionamiento para el régimen contributivo y subsidiado a la EPS Medimás, no sólo le dio la estocada final a esta cuestionada Institución, sino que dejó con muchos más dolores de cabeza, casi que con migraña a los cinco millones y medio de afiliados en toda Colombia, que ahora deberán ser trasladados a otras EPS, en un plazo no superior a seis meses según la sentencia.

La EPS Medimás inició operaciones en agosto del año 2017, tras adquirir los activos de Cafesalud. Había sido el producto de un consorcio de clínicas y hospitales denominado Prestasalud. Aparentemente, ese origen le daba toda la credibilidad para operar la prestación de servicios a esa, no despreciable cantidad de afiliados. “Nuestro modelo innovador está basado en casos de estudios e implementación de un sistema de salud comprobado, que dará una atención integral a los usuarios bajo las premisas de responsabilidad, compromiso, humanización, servicio y prestación digna”; decía el comunicado con el cual se anunciaba el nacimiento de Medimás, que ponía fin a todos los males en la mala prestación que venía padeciendo su antecesor. ¡Nada de eso pasó!

En el Tolima, la EPS cuenta con 231 mil afiliados; muchos de los cuales han tenido los mismos inconvenientes que en otras regiones del país y que oportunamente recibió la Superintendencia Nacional de Salud. Falta de oportunidad en la asignación de citas de consulta médica, dificultades en la entrega de medicamentos, demora en la autorización de exámenes de laboratorio, inconsistencia en el reporte de novedades; se convirtieron en las quejas más frecuentes contra la EPS. A todo lo anterior, en Ibagué se sumó el cierre de la Clínica Esimed, antigua Saludcoop de la calle 60, que diariamente atendía a miles de pacientes de Medimás.

El cierre, que en un principio era temporal, va a completar un año y fue ordenado por la Secretaría de Salud del Tolima ante la deficiente calidad en la atención y el incumplimiento en las normas sanitarias. Se quedaron sin trabajo casi 400 profesionales de la salud, que es el otro drama que hoy enfrenta Medimás. Esos pacientes debieron ser reorientados a otras IPS de la capital tolimense como la Clínica Calambeo, Medicadiz y el Hospital Federico Lleras Acosta, esta última que tiene sus propios males crónicos, que parecen incurables.

Medimás agonizó tras una cadena sucesiva de incumplimientos que vulneraron derechos fundamentales a la salud, la vida y la integridad de los afiliados. No va a ser fácil que las EPS actuales asuman, de manera pronta, un volumen tan abultado de usuarios. Sumado a lo anterior, hay gran incertidumbre, otra vez, por las billonarias deudas que tiene Medimás con hospitales, clínicas proveedoras y por supuesto, con los muy pronto, nuevos desempleados víctimas del cáncer crónico que consume la prestación de servicios de salud a los colombianos.

REDACCIÓN EDITORIAL

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