Todos por La Chamba

Es este un llamado para que la Administración Departamental, junto con las universidades locales y otros actores sociales, emprendan esfuerzos conjuntos para mejorar la calidad de vida de los habitantes de La Chamba, así como las condiciones de trabajo de los artesanos, el sistema de producción de la cerámica y demás aspectos relacionados con su organización empresarial

Los habitantes de La Chamba, vereda del Guamo, y productora de bellas cerámicas reconocidas en el ámbito nacional e internacional, aún no cuentan con un servicio de agua digno para el consumo de sus habitantes. Se quejan ellos de que el aljibe que la Gobernación construyó para reemplazar el pozo antiguo, no es suficiente: el agua llega por intervalos cortos y no alcanza a abastecer los 1.600 habitantes de la vereda. Lo que es peor, la que reciben no es apta para el consumo humano. Esta situación obliga a los habitantes a comprar el líquido a precios muy altos. Con mucha razón se quejan también de la prestación irregular en el servicio de luz, de la recolección deficiente de basuras y, desde hace mucho tiempo, del mal estado de las vías de acceso.

La Chamba es un importante centro de talento patrimonial. La artesanía que allí se produce le ha dado visibilidad al Tolima por muchas décadas. Sus ollas, chorotes, jarras, cazuelas, bandejas, vajillas y otros objetos utilitarios son muy apreciados en el país y el exterior por su belleza, durabilidad y usos en la cocina moderna.

En su elaboración participan familias enteras de artesanos que trabajan a partir de técnicas ancestrales transmitidas de generación en generación. Es este un trabajo conjunto en el que los hombres, buscan y transportan el barro. Pero, son especialmente las mujeres, quienes se encargan del trabajo artístico de diseñar, elaborar, pulir y hornear las piezas. Han recibido el apoyo de Artesanías de Colombia por varias décadas y sus habitantes cuentan con una cooperativa artesanal de apoyo mutuo.

Sin embargo, esta ayuda no es suficiente. Esta vereda que le ha dado tanta visibilidad al Tolima está muy olvidada. Los problemas que sus habitantes enfrentan en su vida diaria han llevado a que los jóvenes busquen oportunidades de vida en otras regiones. ¿Vamos a permitir los tolimenses que desaparezca esta tradición artesanal nuestra, única en el país? ¿Vamos a desaprovechar el potencial turístico que La Chamba representa para el Departamento?

Es el momento de unir esfuerzos, dejando de lado intereses particulares, para que los tolimenses miremos hacia La Chamba y apoyemos la preservación de este potencial artístico y turístico del Departamento. Es este un llamado para que la Administración Departamental, junto con las universidades locales y otros actores sociales, emprendan esfuerzos conjuntos para mejorar la calidad de vida de los habitantes de La Chamba, así como las condiciones de trabajo de los artesanos, el sistema de producción de la cerámica y demás aspectos relacionados con su organización empresarial. Protejamos este patrimonio cultural de los tolimenses.

REDACCIÓN EDITORIAL

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