Balance de la visita presidencial

En seis meses, Iván Duque completará dos años de mandato y los tolimenses ya sabemos que no será el presidente de las grandes realizaciones para la tierra de sus ancestros, así doña Juliana, su señora madre, quiera mucho el Tolima.

Desazón dejó la reciente visita del presidente Iván Duque a Ibagué. Para muchos, más de lo mismo. Si la memoria no nos falla, se trató de la primera visita presidencial a la capital tolimense, porque el jefe de Estado había venido a Fresno y a Icononzo.

Puso la primera piedra del Coliseo Mayor. Sin pretender volvernos aguafiestas, se trata de un proyecto al que aún no le asignan contratista y debe pasar primero por todo el proceso licitatorio. Tal vez, hubiera sido más atinado decir que venía a firmar el convenio para iniciar el proceso licitatorio.

En fin, cosas que dejan los afanes mediáticos de los gobernantes de turno. Es bueno reconocer que Duque cumplió el compromiso de los $45 mil millones anunciado hace poco más de un año en el Taller de Fresno.

Quedó la expectativa de los anuncios sobre el Sistema Estratégico de Transporte y la posibilidad, remota porque Duque lo dijo entre líneas, de inversión en el Acueducto Complementario. Quienes defienden este gobierno dirán que no es fácil traer un presidente, pero también pareciera que el mandatario venía a otras actividades como la inauguración del Viaducto de Gualanday, un recorrido por las obras del Túnel de La Línea, y ahí lograron meterle esa “arandelita” en la agenda.

El alcalde Andrés Hurtado en lo suyo: pidiendo. Como lo dijo, no es fácil tener al presidente, cara a cara, todos los días y se armó de tremenda lista de mercado que le tomó varios minutos. Mientras tanto, el gobernador Ricardo Orozco fue más concreto, más puntual y se comprometió con el Coliseo Menor y, más adelante, con el Centro de Alto Rendimiento, una promesa de campaña. Mesurado, pero directo.

En seis meses, Iván Duque completará dos años de mandato y los tolimenses ya sabemos que no será el presidente de las grandes realizaciones para la tierra de sus ancestros, así doña Juliana, su señora madre, quiera mucho el Tolima; y así los más fieles escuderos no lo quieran reconocer, a sabiendas que nada nuevo pasará.

EL NUEVO DÍA

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