La muerte de los venezolanos que intranquiliza a los ibaguereños

Muchos venezolanos han llegado a Ibagué. Unos trabajan en diferentes oficios, otros se dedican
a las actividades informales y un buen número, preocupante, está en las calles pidiendo dinero
en semáforos y utilizando niños para llamar la atención.

El sicariato en un barrio popular de la comuna Siete en Ibagué que le costó la vida a dos personas de nacionalidad venezolana, una de ellas, menor de edad, genera toda suerte de preocupaciones y especulaciones entre los habitantes de la capital tolimense.

Una vez ocurrido el hecho, las autoridades lanzaron varias hipótesis sobre lo que había ocurrido en la noche del domingo y sobre la posible autoría. Se dijo, por ejemplo, que se trataría de una vendetta protagonizada por grupos delincuenciales del vecino país, dedicados a la extorsión y a la comisión de actividades ilícitas. También dijeron que podrían estar involucradas bandas que pretenden controlar el microtráfico.

Un portal de noticias venezolano, citado por El Nuevo Día en un informe judicial sobre el ataque, asegura que en la vendetta cayeron los familiares de alias “Yeico Masacre”, un temido delincuente al mando de una poderosa banda de extorsionistas que opera en el estado Zulia en Venezuela. Esta versión no ha sido ni desmentida, ni confirmada por las autoridades ibaguereñas.

Muchos venezolanos han llegado a Ibagué. Unos trabajan en diferentes oficios, otros se dedican a las actividades informales y un buen número, preocupante, está en las calles pidiendo dinero en semáforos y utilizando niños para llamar la atención. Sería muy lamentable que en nuestra ciudad se aniden bandas delincuenciales que nos traigan actividades ilícitas. Suficientes problemas tenemos aquí con muchas ollas que no se han podido erradicar.

Frente a este sicariato, las autoridades en Ibagué deben actuar con celeridad. Los organismos en este departamento demostraron resultados rápidos en el caso de la muerte del concejal de Cunday. Sí se puede. Esta es una ciudad tranquila y hay que mantenerla tranquila. En el caso puntual del asesinato de los venezolanos hasta ahora hay más preguntas que respuestas.

EL NUEVO DÍA

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