Red de vigías del Bosque de Galilea: Ejemplo de movimiento ambiental en el Tolima

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Decenas de familias campesinas de Villarrica, Dolores, Prado, Icononzo, Cunday y Purificación, durante años alzaron su voz y lucharon pacíficamente para proteger a ‘Galilea’, este trabajo tuvo como resultado una protección ambiental especial sobre 26 mil hectáreas en el oriente del departamento.

Durante los últimos 20 años, las comunidades del oriente del Tolima unieron todos sus esfuerzos en pro de la defensa del Bosque de Galilea, un paraíso y corredor ecológico que atraviesa varios municipios para unirse al páramo de Sumapaz. Ahora que 26 mil hectáreas fueron declaradas como Parque Natural Regional, la tarea de la red de vigías y defensores de ‘Galilea’ es estar atentos a la creación del Plan de Manejo Ambiental.

Con movilizaciones, marchas pacíficas, foros ambientales e intervenciones en diferentes escenarios locales, regionales y nacionales, la Red de Vigías y Defensores del Bosque de Galilea por la defensa del Agua, Vida y Territorio en el Oriente del Tolima, aportaron significativamente a la declaratoria de protección del Bosque. 

María Isabel Gualteros, habitante de la vereda Galilea contó que fue un arduo trabajo de resistencia en contra de los intereses petroleros, asimismo, de concientización ambiental en Villarrica, Dolores, Cunday, Prado, Icononzo, Purificación y en Colombia (Huila).

“Desde hace mas o menos 20 o 25 años aparecieron unas concesiones en el Bosque, en donde ya se hablaba de explotación de hidrocarburos”.

Dicha situación generó intranquilidad, pues significaba poner en riesgo los nacimientos de agua y manantiales que guarda en su interior Galilea, por ello, se dio inicio a un trabajo “por conservar, preservar y rescatar ese pulmón y estrella hídrica del oriente del Tolima”. 

En el Bosque, la mayoría de las aguas fluyen hacia los ríos Negro, Cunday y Prado, y de allí a la represa de Prado, y en menor porcentaje hacia el río Cabrera.

Los afluentes de mayor importancia dentro del área son el Negro, el Riachón y el Cuinde Blanco.

 

Con la ‘camiseta puesta’

El trabajo de los habitantes de los cinco municipios, consistió inicialmente en adelantar conversatorios y reuniones dentro de su territorio, con un esfuerzo económico propio, la red de vigías se desplazaba entre Villarrica, Cunday, Prado y Dolores, lugares en los que se analizaba en conjunto qué instituciones consultar para que los apoyara en su idea de hacer oposición a una multinacional petrolera.

Su impulso diario, era ver el imponente paisaje que conforma ‘Galilea’, igualmente, las historias de otros municipios que narraban que la llegada de proyectos extractivos solo les había dejado malas experiencias y sin recursos naturales. 

“Las acciones que se realizaron internamente fueron con nuestros propios recursos, si teníamos para la gasolina bien, o sino caminando largas horas, a caballo o como fuese llegábamos a los lugares acordados para hacer las reuniones o los debates en los concejos”. 

 Y es que la lucha no fue fácil, pues mientras la Red de Vigías llevaba consigo un mensaje ambiental de protección y preservación, la empresa de hidrocarburos competía con el poder de una multinacional. 

Viviana Vizcaya, habitante de Dolores, contó que teniendo en cuenta que el acceso al bloque de exploración que tiene Petrobras de Valores Internacional de España, sucursal Colombia, en Galilea era por su municipio, las comunidades pacíficamente se organizaron para impedirle el paso durante los últimos tres años. La multinacional al ver esta situación, optó por ingresar por vía  aérea. El trabajo comunitario de alerta, incluyó recurrir a la recursividad para poderse comunicar, “en esas veredas de Dolores no hay señal telefónica, al no haber otra forma, se comunicaban por voladores, entonces la comunidad sabía que cuando sanaban dos voladores seguidos, el de más arriba cuando los veía pasar, seguía quemando voladores”.Este medio pirotécnico de información, generó que en algún momento la multinacional dijera que los habitantes los habían recibido a bala, “no era bala, eran voladores”, precisó Vizcaya. 

Recordó que con el posconflicto y el retiro de las guerrillas de las Farc de la zona, que de alguna manera tuvieron al margen cualquier tipo de intervención en Galilea, investigadores de Cortolima y de la Universidad del Tolima lograron ingresar y contar con el apoyo de las comunidades que venían solicitando una declaratoria de protección que blindara este relicto de bosque de niebla. 

“Según lo que arrojó los estudios, la riqueza de Galilea es innumerable en varios aspectos, pero esto no hubiera sido posible si las comunidades no hubieran defendido este territorio”.

 

El trabajo continuará 

Para la Red de Vigías, el 2020 llegará con nuevos retos, entre ellos está la participación activa en la construcción del Plan de Manejo Ambiental del Parque, la creación de un Centro de Memoria Histórico y Cultural del Suroriente del Tolima. Asimismo, estar pendientes de la adopción de la declaratoria administrativamente en Dolores y Villarrica, al igual que, el retiro de los campamentos de Petrobras de la zona que en sus trabajos exploratorios han generado, según la comunidad, varios daños ambientales. 

A esta lista se suma, una solicitud para que se respete el derecho de la posesión de los predios que tienen varios colonos dentro del área del Bosque, igualmente, que se les tenga en cuenta en mucho más que ser guías de ecoturismo, pues temen que los beneficios económicos que pueda traer el Parque a la región, solo llegue a las empresas representadas por la Fundación AME.      

Credito
XIMENA VILLALBA C.

Comentarios