Yezid Castaño González: un líder con el delantal bien puesto

Queda en la memoria colectiva de su pueblo, un tolimense integral. Que dedicó sus días a construir país desde diferentes áreas, generando progreso y desarrollo, y que lo catalogó como un líder, uno de los mejores del país.

Un hombre de letras, valores, sabores y sobretodo de don de servicio, que veló por enaltecer a su región y traer a ella progreso, son algunas de las características que exaltan el trasegar de Yezid Castaño González; un ibaguereño que más allá de su espíritu visionario, fue un amigo y líder de la Nación.

Nacido en Ibagué, creció en el barrio Interlaken donde aprovechaba sus calles y la arborización que lo rodeaba para explorar junto con sus amigos y hermanos aquellos lugares mágicos que eran recreados como grandes estadios o campos de juego.

No obstante, de esas experiencias surgieron otros gustos que más adelante le reconocieron como un hombre sencillo, de buen humor, propositivo y amiguero, cualidades que hasta sus últimos días concedieron una credibilidad inmensa y así representar a su gente y llevar la bandera de la región a todo lugar.

Imagen eliminada.

 

Entre aulas y bibliotecas

Enamorado empedernido del aprendizaje, Castaño desde que tuvo uso de razón pasó cientos de libros por sus manos. Tanto así, que construyó su propia biblioteca. Insumo que hizo de este personaje un ser ilustrado y con un amplio conocimiento desde las letras y los números hasta las recetas más fieles a las costumbres de los pueblos.

Su vida le bastó para entregarse a la política, el sector empresarial y las relaciones públicas, que generaron desarrollo y progreso. Pues, como bien fue conocido su talento para la cocina, sentó en una misma mesa a dirigentes de diferentes partidos e ideologías, y los hizo enfocar hacia el bienestar de Colombia.

Y así, más de 20 cargos asumió desde el sector público y también privado, catapultando su nombre y quehacer. Cabe resaltar que dentro de esa larga lista se destacan su paso por la Alcaldía de Bogotá, la Gobernación del Tolima, las Naciones Unidas, Aeronáutica Civil, exconstituyente del 91, fundador de la Aerolínea Aires, cofundador de la Universidad de Ibagué y miembro de juntas directivas de instituciones bancarias, entre otros.

No obstante, su conocimiento también se edificó del día a día y las particularidades del campo. Luego de subirse a los árboles en su infancia, pasó a cultivar frutas y exportarlas. Por esa razón, la investigación quizá fue el pilar de toda su carrera, porque de esta premisa forjó toda su historia.

Imagen eliminada.

 

De buenas recetas

Podría decirse que cada capítulo de su vida, hace alusión a una buena receta; pues cada ingrediente que se sumaba a la preparación, a prueba de acierto o error, dio como resultado la mejor carta de presentación. Ser tan cercano a la gente, conocer sin emitir prejuicios, romper etiquetas -jugaba tejo con los operarios del aeropuerto- y tejer nuevas conexiones lo hicieron un ser excepcional.

Así que le bastaba con emitir una lectura o apreciación para que se convirtiera en punto de partida; no por nada fue un fiel discípulo de Alfonso Palacio Rudas, acto que jamás le permitió tragar entero. Así las cosas, llevar en alto siempre la bandera del Partido Liberal y construir país desde las nuevas ideas.

Pero quizá su mejor receta fue la familia. Hijo, hermano, esposo, padre y abuelo incondicional. Tan organizado, que supo encontrar espacio para todo y primar lo que sería su legado a quienes siempre lo apoyaron e inspiraba. Junto con su esposa Lucía Huertas de Castaño, fueron los mejores anfitriones desde la cocina, y con profundo amor y convicción, dejó el gusto por la lectura a sus nietos.

Imagen eliminada.

 

Entre aires y sabores

El también hijo de Susanita González y Carlos Arturo Castaño fue el ‘Columnista del Chef’. Un fiel colaborador de ‘El Diario de los Tolimenses’ que por más de diez años compartió sus invenciones con el ciudadano de a pie. Se basó en sus viajes y experiencias, que lo hicieron un innato investigador, para crear las historias que terminaban con una precisa receta.

Iba siempre adelante, tenía en su derrotero como mínimo de cuatro a diez columnas adelantadas, y su hermana contemporánea Luz Ángela, las leía y corregía. Tanto así, que de la última enviada en vida, publicada luego de su partida, ‘El salami y su historia’, será el domingo de la próxima semana publicada la invención del cierre de su extenso y nutrido capítulo.

Al hijo del Tolima que no dejó de defender en tierras lejanas, exaltar sus costumbres y enaltecer su legado, estas cortas y sinceras palabras que fueron tomadas de voces, libros y columnas de sus más cercanos aliados, a fin de que sigan extendiéndose, sumándose y quedando en la memoria del país que él hasta su último aliento, vio en futuro mejor.

Imagen eliminada.

 

Dato

Destaca su paso por la Alcaldía de Bogotá, la Gobernación del Tolima, las Naciones Unidas, Aeronáutica Civil, exconstituyente del 91, entre otros.

Credito
REDACCIÓN CULTURAL

Comentarios