Aunque aún no tienen en las manos las cifras oficiales de cuánto costó el 43º Festival Folclórico Colombiano, para sus organizadores el balance es positivo, al haber logrado desarrollar una agenda tal como se había programado. Se estima que se invirtieron mil 200 millones de pesos.

El respeto de los horarios y el haber contado con la más numerosa participación de candidatas y delegaciones nacionales de los últimos años (en su mayoría conscientes de que este no era un reinado de belleza sino de talento), un jurado de lujo y la amplia participación empresarial en los desfiles dejan satisfecha a Bethy García, directora Ejecutiva de la Corporación Festival Folclórico Colombiano, tanto así que asegura que “hicimos un festival maravilloso”.

Su positivismo se deriva a que no ha recibido queja alguna, “solo congratulaciones hasta de la gente que vino de otras zonas del país”.

Para la directiva, que el año pasado estuvo en el centro del debate por los múltiples errores de la fiesta nacional, esta vez todos fueron borrados y con creces, hasta el recibimiento de las beldades se logró en modernos y sofisticados vehículos, y antes de la una de la madrugada del pasado lunes logró proclamarse a la soberana del folclor nacional, un horario récord, teniendo en cuenta que eran 19 las candidatas.

Hasta el clima fue su aliado y ni qué decir del sonido, que por primera vez registró unas fallas casi que imperceptibles.

Los cambios a favor sufridos entre las versiones anteriores y la actual fueron recibidos por algunos como una estrategia de los miembros de la Corporación para terminar de hundir el fallido intento de la Alcaldía de Ibagué, de asumir el Reinado Municipal del Folclor; sin embargo este argumento fue desvirtuado con la Directora, quien explicó que todo obedeció a un trabajo sincronizado y pensando en “no cometer los errores de la vigencia anterior”.

Es más, expresó que “todo el equipo que trabaja aquí lo hace por amor al Festival y a la ciudad, y se concientizó en que tenemos que cumplirle a la gente, y lo logramos con la ayuda de Dios”.

Teniendo en cuenta en cumplir el cronograma planteado se exigió a los encargados de las carrozas de los desfiles tenerlas listas a la media noche, y a las reinas estar levantadas a las 5 de la mañana, porque la “idea era que todo funcionara como un reloj, y se pudo”.

Los desfiles deben seguir por la Quinta

El dolor cívico que dejó el ‘planticidio’ tras el desfile nacional del folclor ha llevado a que ibaguereños piensen en que la ruta debe cambiar.

Pese a que Bethy García siente esa misma pena por las plantas y la pérdida económica que esto representa, no es partidaria de esta medida, en razón de que Ibagué no tiene más vías bonitas que mostrar.

“En búsqueda de evitar estos daños se instalaron vallas, pero la gente no las respetó. Hay que trabajar más por la cultura ciudadana”, acotó.