Las ‘damas rosadas’ que entregan su vida al servicio de los demás

SUMINISTRADA – EL NUEVO DÍA
Pacientes del hospital Federico Lleras Acosta y sus familiares reciben el apoyo constante de las Dorcas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, quienes desinteresadamente desarrollan toda una serie de actividades en pro de apoyar a las personas de escasos recursos que provienen de otros municipios o de veredas de la región.

Desde hace tres años que los pacientes del ‘Fedelleras’ cuentan con un grupo de mujeres líderes, empáticas y serviciales, que ofrecen su ayuda para hacer que su estadía en el centro hospitalario sea más acogedora.

Se trata de las Dorcas de la Iglesia Adventista del Sétimo Día, o como ellos les pusieron las ‘damas rosadas’, por el color de sus uniformes y el cariño que les tienen. Ellas, todos los días se acercan al hospital para ofrecer acompañamiento y alegría.

“Nuestra labor es voluntaria, entramos a los salones, a los pabellones, a la UCI y a las habitaciones, visitamos a cada persona y oramos con ellas”, afirmó Aracelis Durán, una de las integrantes del grupo solidario.

Comentó que en este momento están supliendo los objetos de aseo personal como papel higiénico, crema dental, pañitos húmedos, jabón, entre muchos más implementos que requieren los pacientes.

“El hospital recibe personas de otros lugares como veredas, barrios lejanos o municipios, que carecen de recursos económicos, y hay otros que no tienen quien los visite. Cubrimos esta necesidad de acuerdo con nuestro alcance porque somos voluntarias, no recibimos sueldo, pero la misericordia de Dios es muy grande porque hay personas que también nos ayudan desinteresadamente”, agregó.

Otra de las actividades que desarrollan las voluntarias es visitar el sexto piso donde están los niños de tratamiento oncológico, y junto a ellos y sus madres hacer manualidades.

“Las mamás aprenden y a veces salen de allí con un recurso para ellas cubrir muchas necesidades. Además de hacer su estadía más amena”.

 

Alimentación

Pensando en los familiares y amigos de las personas que llegan a la Unidad de Cuidados Intensivos por diferentes motivos, el grupo de mujeres tomó la decisión de hacer un comedor porque muchas veces los acompañantes no tienen los recursos económicos para sostenerse. En este, ofrecen almuerzos nutritivos, solo para ellos, a un valor de mil pesos.

“Encontramos personas que almuerzan con una ‘empanadita’ por ahí y un café, y con eso mismo cenan y no desayunan, por lo que quisimos aportar en esta parte y decidimos preparar almuerzos. Hacemos un plato vegetariano que cubre la nutrición completa con ensalada, sopa y arroz”.

Actualmente son un grupo de alrededor de 30 voluntarias que se dividen por días para asumir esta titánica labor. Es así que gracias a su entrega cuentan con aportantes quienes se han sumado solidariamente con donaciones de alimentos o dinero. Incluso, los mismos beneficiados cuando regresan a sus hogares retribuyen a su labor, enviando alimentos para el comedor.

 

Dato

También están trabajando en el  hospital San Francisco. Quienes quieran sumarse para ayudar con donaciones o ser voluntario podrá hacerlo  comunicándose con la directora del grupo Liliana Román, al 317 464 61 05. 

Credito
REDACCIÓN SOCIALES

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