Gracias al trabajo en equipo de la comunidad se logró uno de los barrios más numerosos de la ciudad. Con la colaboración de entidades como la Secretaría de Infraestructura municipal, la Gobernación del Tolima y Cortolima, Las Delicias, ubicado al nororiente de la ciudad, con cerca de cuatro mil habitantes, fue construido buscando conservar las fuentes hídricas y fomentar la siembra de árboles.

El último proyecto fue Ojos Verdes, de Cortolima, por el que no sólo hicieron labores de limpieza de ríos y aprendieron a sembrar árboles, “también la comunidad hizo una capacitación en residuos sólidos y convivencia ciudadana, barriendo y recogiendo las basuras de los frentes de las casas”, contó Isidro Rojas, presidente de la Junta de Acción Comunal.

Servicios públicos
Bendecido por la naturaleza está Las Delicias, gracias a que lo rodean La Balsa, Las Panelas y Ambalá, tres importantes fuentes hídricas que se encargan de enriquecer a este importante sector de la ciudad. Según lo expresó Rojas, “Estos recursos han permitido que el barrio cuente con su propio acueducto comunitario y un buen servicio de agua domiciliaria.”

No sólo la riqueza hídrica aporta al crecimiento del barrio en materia de acueducto, también la oportuna asistencia de entidades gubernamentales y una adecuada organización de sus habitantes les permite llevar de manera transparente el manejo de sus recursos y cubrir los daños que se puedan registrar ante alguna posible emergencia.

Es un barrio que día a día le apuesta al desarrollo urbano, convirtiéndose en un claro ejemplo para muchos otros sectores, donde las ventas también representan un progreso económico. “Aquí se encuentra de todo, pequeñas plazas de mercado, tiendas de ropa de grano y bisutería, entre otras cosas”, complementó el Presidente de la Junta de Acción Comunal.

Por otra parte, en materia de movilidad, las rutas Uno y 22 funcionan en un horario extendido y llegan a diferentes puntos de la ciudad.

El legado luterano
El colegio Luis Carlos Galán Sarmiento, sede Las Delicias, tiene alrededor de 600 estudiantes. Sin embargo, hace un año, la construcción de un espacio de aprendizaje fundamentado en motivar la lectura es otro proceso líder que se desarrolla con los niños y adolescentes, a través de la colaboración de la Iglesia Luterana de Colombia.

“En el lugar se busca ocupar a los niños en actividades educativas, con el fin de disminuir las horas frente a la televisión y dedicar más tiempo a la lectura”, contó Maira Alejandra Garzón, bibliotecaria y guía de los niños en los procesos lectores.

Además de contar con un servicio de Internet, sus habitantes se benefician con el servicio bibliotecario que funciona todos los días. Está equipado con más de 800 enciclopedias, permitiendo a los niños de bajos recursos, que no siempre pueden sacar fotocopias, prestar y llevar a su casa los textos por un término de tres días, utilizando para ello un carné de usuario.

Durante más de 30 años, la Iglesia Luterana se ha constituido un pilar de apoyo en la creación de restaurante para niños y el mejoramiento de vivienda. Según lo manifiesta con orgullo Isidro Rojas, presidente de la JAC, “ellos a muy buena hora llegaron y se quedaron para brindarnos el servicio que tanto bien y progreso han aportado a la comunidad”.