Según indicó Carlos Hernando Acero, gerente de Corbanca, titular del establecimiento, es la segunda vez en que se evidencia esta actitud por parte de Álvaro Montoya, representante de Proturismo S.A., entidad que tuvo en arriendo el lugar.

“El contrato se hizo con Corbanca, entidad que yo represento, y el arrendador tiene la potestad de ingresar a inspeccionar para verificar las condiciones y la manera en que se está manejando, para preservarlo”, explicó.

Y agregó que “aparte hay sellamiento parcial (de una de las piscinas), con mucha razón el propietario tiene que observar qué está ocurriendo con su bien”.

Y señaló que Montoya (Proturismo S.A.S.) fue uno de los arrendadores del mencionado terreno, pero que ahora “consideramos infundado que él está haciendo poses de dueño y señor”.

De hecho, desestima que ahora se tenga que acceder a una orden judicial para poder ingresar a sus labores.

La defensa

Por su parte, Montoya explicó a Juan Solórzano, quien según Corbanca es el propietario del centro, que “no es procedente acceder favorablemente a su solicitud, por cuanto existen graves incumplimientos contractuales”.

Y agregó que lo que buscaría es una represión en su contra “para crear artificiales incumplimientos en procura de una finalización anticipada del contrato de arrendamiento del centro vacacional”.

Como respuesta, Acero ve “improcedente e inaceptable que en una carta desvirtúe y diga que se requiere de orden judicial, cuando él (Solórzano) tiene suscrito un contrato donde tiene plenamente autorizado al arrendador ingresar permanentemente”.