La campaña social liderada por la Administración municipal, busca que los ibaguereños disminuyan los niveles de volumen que usan al comunicarse, cuando transitan en su vehículo, para dar información o cuando usan máquinas de construcción.

Según Cristhian Camilo García, promotor de la iniciativa, Ibagué está invadido por los altos niveles de sonido que en muchas ocasiones son emitidos por el estrés del día a día.

“La capital tolimense está sobrepasando los 180 decibeles, que es lo permitido, que se puede comparar con el nivel de sonido emitido por una turbina de avión”, indicó García.

“Tu y yo tenemos el control para luchar contra la banda del ruido”, es una de las frases que hacen parte del volante que está circulando por las calles del centro de la ciudad.

De acuerdo con García, Ibagué está sobrepasando las ciudades más importantes del país como lo son Barranquilla, Bogotá y Medellín, tan solo por nombrar algunas.

“Al mediodía en la ciudad estamos en los 120 decibeles de ruido, debido a que los carros pitan mucho, a eso agreguemos los vendedores ambulantes y el ruido de la máquina con la que se está haciendo los arreglos del Banco de la República, que por ahorrar costos no le compran el silenciador con el que se debe usar”, expresó García.

García aseguró que “esta es una campaña que sacó la Alcaldía para crear conciencia ciudadana y decirle a las personas que sean moderadas para no generar contaminación auditiva”

“Son muy pocas las personas que están tranquilas, porque en carreras como la Quinta hay demasiada bulla porque la gente no se modera”, puntualizó.

Finalmente, García dijo que se quiere volver a Ibagué una ciudad más hermosa, “nuestra ciudad tiene que ser amañadora para que los turistas vengan y no se estresen con tanta bulla”, explicó.

Sabía que

 -El trauma acústico es provocado por la acción instantánea de un ruido de gran intensidad.

-Riesgo: la lesión que produce el ruido en la audición viene condicionado por las características del ruido, el ambiente y el sujeto expuesto.

-Por los ruidos nocturnos, que al perturbar el descanso impiden la recuperación normal del oído durante el sueño, condicionando así un bajo rendimiento en la actividad diurna.

-No generar ruido permite un buen estado de ánimo que traduce en poca fatiga mental, no se aumenta la ansiedad, baja la irritación y las personas son menos agresivas.