Según la vocera de los habitantes, los olores son nauseabundos y aunque se ha radicado documentaciones a la empresa de acueducto y alcantarillado, para que se tome las medidas de limpieza y evitar que las aguas servidas rebosen y caigan al afluente, el personal no ha hecho presencia.
“Hemos pasado cartas al Ibal, Secretaría de Salud y Personería, pero no se ha hecho nada, esto huele a podrido y llevamos como 15 días con los olores”.
Según Lores, funcionarios de la Secretaría de Salud visitaron el 31 de diciembre el lugar y dejaron constancia “realizando visita al lugar en mención se observa que en la quebrada sí se están transando aguas olorosas y turbulentas, presuntamente provenientes del colector del barrio Calarcá. Se observa acumulación de excrementos y se presentan olores ofensivos.
“Se hará el trámite ante el ente competente para dar solución”, refiere el documento.
La quejosa manifiesta que desde hace dos años se presenta la problemática y se prevé iniciar acciones legales en contra del Ibal, por desantender el mantenimiento del colector que contamina la quebrada y el medio ambiente para la comunidad de estas urbanizaciones.
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