Al sur de la Capital Musical se dejan ‘Huellas de amor’

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Al sur de Ibagué hay varias fundaciones sociales, como lo es Huellas de amor, una entidad sin ánimo de lucro que contribuye al crecimiento integral de los niños y niñas de escasos recursos económicos, pero su labor se hace más representativa porque a pesar de no recibir apoyos del Estado ni de la empresa privada continúa aportando al cambio.

La fundación es el refugio para muchos niños que requieren de afecto, y aunque su labor también está enfocada en reforzar sus estudios, de lunes a viernes los niños hacen allí sus tareas escolares, para lo que se suministra el material necesario.

Los niños también reciben clase de música y arte los lunes y los miércoles, y además de los refrigerios que se suministran, reciben el almuerzo gratis los lunes, miércoles y viernes, y los sábados junto a un desayuno se adelanta una actividad enfocada al fortalecimiento de los principios y valores morales.

Rocío Lizcano es la representante legal de la fundación, y junto a Rosa Peláez permanecen constantes en la labor con los 58 niños que reciben a diario en ambas jornadas; Rocío, con lágrimas, narra cómo una de las niñas le contó un día que su propio padre abusaba sexualmente de ella; y también como otra pequeña se entristecía al ver a su madre caminar drogada por la calle, pero asegura que cada una le demostró tener fuerza y deseos de salir adelante y pensar en sus hermanitos.

Pero sostener la ludoteca no es fácil, aun con la gran ayuda que brinda la familia Le Bolloch desde Francia con la fundación ‘Breizh Manos Amigas Francia’, que creó la señora Jacqueline Le Bolloch luego de venir y conocer la necesidad en estos pequeños, por eso decidió gestionar recursos ante del Gobierno francés para las actividades al Sur de Ibagué.

Los apoyos económicos también vienen de personas individuales tanto francesas como ibaguereñas que desean colocar su granito de arena, pero lastimosamente no es suficiente, ya que deben de pagar más de 500 mil pesos en arriendo y otros servicios.

Debido a la necesidad, la fundación esta implementando una ‘boutique’ de ropa usada para adquirir recursos económicos, y también requiere de libros actualizados para el desarrollo de las tareas de los niños, y de esta manera tratar de perdurar la importante labor que desempeña.

Marie Laure Le Bolloch, presidenta de la fundación en Ibagué, asegura que “no solo se requiere de dinero, sino de manos amigas, ya que muchos niños son discriminados, lo que los lleva a pensar que van a estar faltos de oportunidades toda su vida, y no podrán salir adelante”.

La fundación fue constituida en 2007, y el lugar donde inició fue en la vereda Las Cristalinas, atravesando el túnel cerca del puente del río Combeima, pero por la situación de inseguridad fue necesario trasladarla al barrio Avenida, para actualmente funcionar en el Yuldaima, sede a la que también asisten niños de los barrios Baltasar, El Edén, Combeima, San José, Matallana, Industrial y Cerro Gordo.

Credito
EL NUEVO DÍA

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