Cambios a los diseños generarían sobrecostos en escenarios de la 42

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Además de los sobrecostos por modificaciones, el contratista del proyecto ‘exige’ que le cancelen las actas de los primeros meses de la obra, y no le dilaten los pagos.

Cerca de 10 mil millones de pesos adicionales se estarían requiriendo por el contratista de las obras para los escenarios deportivos de la calle 42, según afirma, porque se ha tenido que hacer ajustes a los diseños iniciales hechos por la multinacional Typsa, que costaron cerca de 11 mil 500 millones de pesos.

“Nosotros hemos tenido que valorar y tratar de hacer los nuevos cambios que se han venido presentando, por que ha habido falencias en los diseños, y a Typsa le hemos hecho los requerimientos pertinentes”, dijo Jorge Alexander Pérez, representante legal del Consorcio Unidad Deportiva 2015.

Hasta el momento se han presentado 90 oficios en los que se expone cada una de las eventualidades en las obras y los diseños, siendo uno de los cambios principales la construcción de las piscinas, que inicialmente se iban simplemente a remodelar, pero ahora se pretende que sea el escenario para clavados.

Según Pérez, Coldeportes, el Imdri y la Interventoría están al tanto de estas modificaciones y los sobrecostos que se estarían generando con los cambios hechos.

Sin diseños eléctricos

Luego de tres meses de obras y con un supuesto avance cercano al 39 por ciento del proyecto, los diseños eléctricos están sin ser aprobados, situación que genera preocupación por la actual carrera contra el tiempo, ya que esto podía generar demoras en la construcción.

Al no tenerse la claridad de lo que se requiere, según el contratista le podría presentar sobrecostos por el alza que se viene registrando en la moneda internacional, lo que afectaría la compra de materiales a ultimo momento.

El Imdri no paga

Hasta el momento no se le ha pagado al contratista ni la primera acta por las obras hechas, es decir que el consorcio es el que principalmente ha asumido los costos del proyecto.

“Ya varios meses venimos pasando las cuentas de cobro, pero lo han dilatado en diferentes oportunidades; llevamos más de 10 mil millones metidos en la obra y no hemos recibido ni la primera acta rendida por la entidad”, aseguró Pérez.

Y complementó: “Parece que no estamos hablando en el mismo idioma, que no se está buscando un beneficio para la ciudad al dar movimiento a la obra, sino colocando uno que otro pero, para que la obra no avance como debe ser”.

Actualmente han sido entregadas tres cuentas de cobro por los tres meses de trabajo, de los cuales dos actas estarían por un valor cercano a los mil 200 millones de pesos, y que al parecer los desembolsarían en los próximos días, pero la tercera cuenta estaría en veremos.

La tercera acta está por el orden de los cinco mil 200 millones de pesos, pero la interventoría asegura que solo se les puede pagar por lo que se ha ejecutado, y no por materiales que están aprovisionados dentro de la obra; es decir que del anterior valor, $3 mil 800 millones se han puesto en ejecución, y los otros mil 400 millones están en materiales que el consorcio mismo ha comprado.

“No estoy pidiendo ningún anticipo; estoy exigiendo que se me pague lo que se me adeuda como cualquier contratista, debe haber compromisos de parte y parte, pero nisiquiera me han pagado la primera acta”, expresó Pérez.

Se frenó el anticipo

Siete mil 400 millones de pesos fue el presupuesto designado como anticipo para dar inicio a la obra, pero hasta el momento no se ha podido desembolsar un 30 por ciento, ya que está en fiducia, ya que el Imdri estaría solicitando unos requisitos que, según el Consorcio, no aparecen en el contrato.

Lo que estaría impidiendo el giro de los recursos serían documentos de los subcontratistas, como pólizas y contratos, al igual que pagarés, cartas de instrucciones y otro tipo de informes, lo que imposibilita que se pueda invertir esos recursos y que permanezcan en la fiducia de Bancolombia.

Flujo de caja

El abogado Orlando Arciniegas había dicho a EL NUEVO DÍA que “ellos no pueden decir que no tienen flujo de caja de cómo financiar la obra, sencillamente porque deben tener un cupo de crédito y cuando lo exigimos era para eso”, pero Pérez aseguró que aunque el cupo existe, no es para esto.

“Nosotros utilizamos una carta o cupo para avalar nuestra propuesta, pero es en caso de haber incumplimiento por parte del Consorcio; en ningún momento somos quienes entramos a financiar la obra, porque entonces habría un costo adicional, ya que el banco incluiría un valor complementario para el pago, y mi propuesta económica estaría por fuera de lo presentado”, afirmó el Contratista.

Para el representante legal del Consorcio este tipo de inconvenientes podrían estar retrasando las obras, o por lo menos generando sobrecostos, un desequilibrio económico por el que el Consorcio seguiría asumiendo los costos para luego pasar las cuentas de cobro.

Credito
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