La ‘caja negra’ del Hospital Veterinario que no existe

JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA
Falencias en los diseños, incumplimiento del Consorcio constructor, permisividad de las Directivas de la Alma Máter y un futuro incierto son el triste balance de un proyecto que surgió como un sueño entre la comunidad universitaria.

Los estudiantes de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad del Tolima tienen toda la razón en protestar. Sin ninguna justificación les han quitado el derecho de contar con un Hospital Veterinario de primer nivel en la región.

Pero la pérdida va más allá de lo académico. Para docentes como Lina María Peñuela, profesora de la Facultad y directora del Departamento de Sanidad Animal, está en juego una obra que beneficiaría a toda la comunidad.

El edificio, ubicado en la calle 20 Sur (sector barrio Miramar, en la vía a Armenia), estaba pensado como un complejo de tres mil metros cuadrados, con tres plantas que albergarían equipos de última tecnología, aulas de clase, consultorios y otras instalaciones.

Sin embargo, la docente dijo no entender a qué hora el proyecto terminó enlodado por el incumplimiento de un consorcio y la falta de correctivos, control y previsión de la misma Universidad.

“El Hospital Veterinario es un sueño que tenemos todos lo profesores y estudiantes y de la comunidad en general porque sería el segundo más importante que tendríamos en el país”, le dijo desconcertada a EL NUEVO DÍA.

Pero es un sueño que ha resultado ser un fracaso. El proyecto, a cargo del Consorcio CLB Tolima 2014, inició con un plazo de ejecución de 244 días y va en 344. Además debió haber sido entregado en mayo de 2015 y hoy, luego de un un año, la obra está suspendida.

Tampoco existe claridad en los avances exactos del proyecto. El más reciente informe de la interventoría, que corresponde al periodo abril 11 – mayo 11 de 2016, indica un avance de apenas el 47 por ciento.

Esta cifra contrasta con la entregada por la Oficina de Desarrollo Institucional (ODI) de la Universidad, que informó que el avance es del 54 por ciento.

“La interventoría ve con preocupación el poco avance físico que se refleja en las actividades ejecutadas en las obras”, señala un aparte del mencionado informe.

Y agrega en sus conclusiones que se registra “falta de personal e inversión del recurso económico” en las obras del Hospital.

A esos retrasos inexplicables, se suman tres suspensiones de los trabajos en menos de un año (Ver Cronología).

Tampoco se sabe cuánta plata de la entregada por la Universidad al Consorcio ha sido invertida en el edificio porque en el informe se reitera que el Consorcio no ha entregado toda la documentación ni los soportes solicitados por la firma supervisora.

Lisandro Bernal, director de la ODI, informó que a la fecha se han desembolsado dos millonarios montos: uno por mil 369 millones de pesos y otro por mil 121 millones de pesos.

Y agregó que se evalúa la posibilidad de entregar 820 millones adicionales que corresponden al acta parcial número tres. Según la UT, hasta la fecha se habrían desembolsado unos dos mil 500 millones de pesos.

Esa cifra contrasta con la entregada por el Consorcio U. Tolima, firma interventora del proyecto, la cual precisó que a mayo de 2015, se había desembolsado tres mil 872 millones de pesos (ver recuadro).

En el informe la interventoría además advierte que el consorcio “no ha entregado los libros contables para verificar la inversión del anticipo” entregado por la Universidad y que ascendería a más de mil 841 millones de pesos.

Pero si los líos del proyecto no fueran suficientes, Bernal reconoció, al igual que las dos firmas interventoras que han supervisado el proyecto, que los diseños del Hospital presentan falencias.

Contratados en 2013 por un valor de 239 millones de pesos y adjudicados al Consorcio Phovetec, el informe señala que los diseños registran “muchas falencias técnicas”, desactualizaciones e “incoherencias” entre los planos arquitectónicos y los planos estructurales.

Por ejemplo, los diseños eléctricos se plantearon con una norma de 2013 y no fueron actualizados con la reglamentación que surgió de manera posterior.

No obstante, más allá de los planos y el papel, la firma interventora también destaca que existen elementos mal instalados y que se hallaron falencias en las obras eléctricas efectuadas por el Consorcio.

De acuerdo con Lisandro Bernal, el contratista precisamente ha sustentado el motivo de su incumplimiento en las falencias encontradas en los diseños del Hospital.

“Estamos tratando de tener listos todos estos ajustes que de alguna manera considera el Consorcio no han permitido darle una mayor celeridad a la ejecución de la obra”, dijo Bernal, quien explicó que la idea es tener este asunto solucionado en junio.

Incumplimientos

El Consorcio CLB Tolima 2014 está conformado por tres socios:

Renee López y Jorge Eduardo Borgogno, cada uno con una participación del 20 por ciento; además de William Cardona, con el restante 60 por ciento.

En la actualidad el representante legal del Consorcio es Borgogno y según se informó, Cardona ya no hace parte del Consorcio.

La firma le ha incumplido a la Universidad al menos en dos ocasiones y ha solicitado dos prórrogas al contrato que ascienden a seis mil 139 millones de pesos.

En agosto de 2014 se adjudicó el contrato a la firma y las obras comenzaron en septiembre de 2014. En mayo de 2015, mes en el que se debía entregar el complejo, las obras fueron suspendidas y el atraso en la construcción ya era evidente.

Seis meses después, en noviembre de 2015 el Consorcio le solicitó a la Universidad una primera prórroga de 110 días la cual fue aceptada y se reiniciaron las obras. Sin embargo, en enero de 2016 fueron suspendidas de nuevo porque se contrató una nueva firma interventora.

En abril se reiniciaron los trabajos, pero el pasado 19 de mayo se acabó el plazo de 110 días y fueron de nuevo suspendidos por un periodo de un mes. Fue el segundo incumplimiento de la firma.

Y como si esto fuera poco, el Consorcio solicitó una segunda prórroga a la Universidad, esta vez por ocho meses. Cabe resaltar que a pesar del incumplimiento del contrato, la UT no ha tomado ninguna acción jurídica contra la firma.

Lo que dicen las cifras

Relación de desembolsos entregados según la ODI 

Acta parcial 1: 1.369 millones de pesos (Desembolsados)
Acta parcial 2: 1.121 millones de pesos (Desemboldados)
Acta parcial 3: 820 millones de pesos (En evaluación)

Relación de desembolsos según la firma interventora

Anticipo de obra 30%: 1.841 millones de pesos
Acta parcial 1: 1.369 millones de pesos (Desembolsados)
Acta parcial 2: 1.121 millones de pesos (Desemboldados)
Total desembolsado: 3.872 millones de pesos.

Cronología

Enero 31 de 2014: El Consejo Superior autoriza al rector José Herman Muñoz para que contrate la construcción del Hospital.

Marzo 7 de 2014: En reunión del Consejo Superior, Fernando Misas, representante de los exrectores dijo que existen presuntas irregularidades en la apertura de la licitación. Según el consejero, la convocatoria pública de la oferta no fue adecuada.

Abril 3 de 2014: En el Consejo Superior, de nuevo el consejero Misas destaca que no ha habido respuestas frente a las posibles irregularidades halladas en la convocatoria pública.

Agosto de 2014: Es adjudicado el contrato al Consorcio CLB Tolima 2014, en medio de cuestionamientos al proceso de selección.

Septiembre de 2014: Comienzan las obras del Hospital.

Marzo 27 de 2015: El Consejo Superior solicita a Lisandro Bernal un informe acerca del avance de las obras en el Hospital.

Mayo 13 de 2015: Finaliza el plazo para la entrega de la obra. Primer incumplimiento del consorcio CLB Tolima 2014. Se suspenden las obras por seis meses. La Administración no adopta ninguna acción contra el contratista.

Junio 12 de 2015: A pesar de tres reuniones de Consejo Superior, solo hasta esta fecha se vuelve a pronunciar la administración sobre la situación del Hospital, la mayoría de los temas tratados se centran en la crisis financiera de la Institución. El Rector informa que existe un problema al interior del Consorcio, entre los interventores.

Agosto 3 de 2015: El Consejo Superior analiza la posibilidad de suspender el contrato. Fernando Misas pide que se tomen determinaciones. Se debate en la reunión el futuro del proyecto. El Rector dice que ha tratado de conciliar con el Consorcio, pero no se ha logrado ningún resultado.

Agosto de 2015: El supervisor de la obra designado por la Universidad, el arquitecto César Casas, es reemplazado por el arquitecto Luis Fernando Rodríguez.

Septiembre 25 de 2015: Se nombra una comisión en el Consejo Superior para hacer seguimiento al tema, sin embargo, terminó 2015 y no hubo ningún resultado concluyente o al menos eso registran las actas revisadas.

Noviembre 11 de 2015: El contratista solicita una prórroga por 110 días la cual es otorgada y se reinician las obras que estaban suspendidas desde mayo de 2015, el 12 de noviembre.

Diciembre 30 de 2015: La firma Consorcio Interventores Asociados 2014, informa que no continuará a cargo de la interventoría de la obra, argumentando que la Universidad del Tolima no atendió sus recomendaciones.

Enero 24 de 2016: Nueva firma interventora inicia labores.

Enero 25 de 2016: Se suspenden de nuevo las obras que van con un avance del 44 por ciento, según Lisandro Bernal, porque se tenía que adelantar la contratación de la nueva firma interventora.

Abril 11 de 2016: Se reinician las obras.

Mayo 19 de 2016: Se suspenden de nuevo las obras por un mes, hasta el 19 de junio de 2016 para solucionar las falencias encontradas en los diseños. El contratista solicita por escrito una prórroga de ocho meses.

Actualidad: La administración de la UT evalúa desde el punto de vista jurídico si se declara la caducidad del contrato, si se puede otorgar alguna prórroga o si abre una nueva licitación para concluir la construcción del Hospital con otro contratista.

¿Por qué la UT no ha actuado?

EL NUEVO DÍA revisó más de 50 documentos entre actas de reuniones del Consejo Superior y acuerdos aprobados por ese órgano colegiado, en los que se evidencia que las decisiones encaminadas a sancionar al Consorcio han sido nulas.

En lo corrido de 2015, en sucesivos encuentros del Consejo Superior, se presentaron informes sobre la obra, pero poco a poco la atención de los directivos se fue centrando en la grave crisis financiera de la Institución y el proyecto del Hospital quedó en un segundo plano.

Inclusive, en el segundo semestre de 2015 se creó una comisión para hacerle seguimiento a la iniciativa, pero no hubo ninguna acción concreta al finalizar el año.

Según Lisandro Bernal, la administración en cabeza del rector José Herman Muñoz ha preferido esperar y conciliar antes que iniciar un pleito jurídico, que podría desembocar en un proceso desgastante y en un callejón sin salida para el proyecto.

Sin embargo, esta estrategia no ha resultado porque luego de un año de haberse cumplido el plazo para entregar el Hospital, la obra sigue inconclusa, no es funcional y el contratista no ha acatado las recomendaciones de dos firmas interventoras.

Pero tampoco la Universidad las ha acatado. En su ánimo de evitar que el edificio se convierta en un elefante blanco, la administración pasó por alto lo que aconsejó el Consorcio Interventores Asociados, la primera firma interventora del proyecto y cuyo contrato finalizó en enero de 2016.

En un documento, esa firma aseguró que no prorrogaría el contrato de interventoría debido a que “la Universidad no ha acogido las recomendaciones a nivel técnico, jurídico y financiero que se han formulado a lo largo del proyecto”.

Y agrega que no acatar lo recomendado, “no permite dar cumplimiento a las labores propias de la interventoría, razón por la cual, de continuar, nos podríamos ver involucrados en sanciones de tipo civil, penal, disciplinario y fiscal”.

Cabe resaltar que el contrato con esta firma, que además le aconsejó a la Universidad imponerle una multa al contratista por su incumplimiento, costó 308 millones de pesos. Lo que no se entiende es ¿Para qué contratar una interventora si no se acatan sus recomendaciones?

La segunda firma y actual interventora es el Consorcio U Tolima, que comenzó la supervisión del proyecto en enero de este año.

En su último informe, aconseja al igual que la pasada firma, que se le imponga una sanción al Consorcio debido a sus reiterados incumplimientos.

Esta determinación y otras, son precisamente las que según Lisandro Bernal, analiza la administración de la Universidad.

Él reconoció que existe incertidumbre frente a la continuación de la construcción del Hospital y agregó que hay “un limbo jurídico” y no se sabe si se podrá otorgar o no una nueva prórroga al contratista.

El funcionario dijo que la suspensión va hasta el próximo 19 de junio, periodo en el que se aspira a solucionar los detalles pendientes de los diseños para intentar ‘destrabar’ el desarrollo de las obras con el mismo Consorcio o abrir una licitación para convocar a otro contratista.

Preguntas y respuestas 

Arquitecto César Casas, quien fue supervisor de obras hasta agosto de 2015. Él era el encargado de informar a la directivas de la Universidad acerca del avance y desarrollo del proyecto. 

END: ¿Usted considera que faltó tomar medidas contundentes contra el contratista cuando se presentó el primer incumplimiento?

CC: Así es, yo había sentado por allá en alguna reunión que les dieran un plazo máximo para que solucionaran ese problema, pero nunca fue posible, que pusieran mano dura al asunto y determinaran definitivamente una fecha en la cual o acaban con el Consorcio o lo arreglan o cualquier cosa, pero no fue posible (…).

END: ¿Y por qué no se tomaron acciones?

CC: No sé, la verdad no sé por qué sería, pero ese tipo de cosas se dan.   

Lisandro Bernal, director de la ODI, dependencia encargada de supervisar el proyecto.

END: ¿Usted considera que las entidades que tenían que estar encima del proyecto como la ODI o los supervisores, fallaron?

LB: Digamos que nosotros estuvimos pendientes. ¿Qué fue lo que dilató el proceso? Fue que siempre tuvimos en mente como producto y como resultado el tener el Hospital listo para funcionar.

Realmente antes de buscar un pleito, buscamos como producto final (…) y eso de alguna manera nos flexibilizó los tiempos, siempre esperamos que el contratista cumpliera, tuvimos toda la confianza del mundo en que ellos iban a cumplir con los tiempos.

END: ¿Esa “flexibilidad” fue un error?

LB: Digamos que vistas las cosas, desde ahora, desde hoy, hacia atrás, sería como una falla frente al tema. Pero si nos paramos y hacemos el ejercicio contrario, nosotros siempre tuvimos, digamos, claro de que pusimos la fe y la confianza en el Consorcio y su representante legal siempre nos manifestó que sí iban a cumplir, que sí iban a trabajar, que iban a contratar más personas...

END: ¿No les faltó ‘mano dura’ con el contratista?

L B: (…) Pero es que las manos duras en los contratos se dan es contractualmente, no es un tema entre personas, sino contractual.

END: ¿Por qué no se tomaron acciones desde lo contractual?

LB: (…) Se pudo haber declarado incumplimiento del contrato, pero eso generaría un pleito jurídico de larga data (…) lo que no se ha querido es eso, como dicen, los pleitos siempre van a atraer un desgaste y las consecuencias, y nosotros siempre le estamos apuntando a lograr sacar el proyecto.

END: ¿El Hospital Veterinario costará más de lo presupuestado?

LB: (...) Con los recursos que se firmaron, finalmente no se puede hacer el 100 por ciento del proyecto porque han surgido unas nuevas obras que son eventuales en este momento, como los muros, que son de detalle y que nos han incrementado los costos.

END: Es decir que se incrementará su valor, ¿en cuánto?

LB: En este momento no se sabe, se conocería al final del proyecto.

END: ¿La renuncia del contratista mayoritario Willian Cardona afectó el proyecto?

LB: Frente a eso nosotros tenemos el contrato con el Consorcio. El decir que renunció el ingeniero Willian Cardona pues no aplica. Digamos que nosotros no aceptamos la renuncia de ese consorciado en el sentido legal, porque nosotros tenemos un contrato es con un consorcio. Los problemas de ellos son independientes y ajenos a la Universidad.

END: ¿Por qué se suspendieron las obras en mayo de 2015?

LB: Se suspendieron para analizar el alcance del proyecto y actualizar unos planos y unos diseños arquitectónicos.

END: Pero, en ese mismo mes fue cuando los contratistas incumplieron el proyecto...

LB: Sí, ellos iban con un atraso significativo, pero digamos que teníamos el sueño de alguna forma en que se iba a cumplir en ese momento con el objeto total del contrato.

END: ¿Porque se necesitó una nueva firma interventora?

LB: Esa firma cumplió su plazo y no quiso prorrogar el contrato. En eso es importante aclarar porque en los medios ha salido que la interventoría inicial renunció.

No, la interventoría no renunció, simplemente terminó el contrato el 25 (de enero) y no quiso prolongar sus actividades, por eso tuvimos que contratar otra interventoría.

END: ¿Cuáles fueron las razones de que no continuaran?

LB : No, básicamente ellos manifiestan que la Universidad no siguió sus recomendaciones técnicas y administrativas. Pero pues digamos que es potestad de la Universidad recogerlas o no recogerlas, porque siempre ha sido el interés del señor Rector el tener terminado el proyecto, más que generar un pleito jurídico.

Debido a eso creo que parte de las cosas han sido la verdad, afectado en su buena fe (el rector) porque siempre ha querido y le ha apuntado a construir el Hospital y entregarlo como tal.

END: ¿Es cierto que el Consorcio solicitó una prórroga al contrato por ocho meses?

LB: Si es cierto, la solicitó por escrito.

END: ¿Bajo qué argumento?

LB: Básicamente manifestaron el interés de terminar la obra, pero realmente esta decisión depende de un análisis jurídico al interior de la Universidad y también pues del plazo de más o menos o si se puede o no, también depende del concepto de la interventoría.

Entonces en estos momentos estamos evaluando las implicaciones técnicas y jurídicas que nos lleva a tomar una decisión de prorrogar o no prorrogar el contrato, sea con ellos o con otro contratista.

END: ¿Ustedes determinaron si los millonarios recursos girados al Consorcio han sido invertidos de manera efectiva en la obra?

LB: En términos generales sí corresponde el valor girado con lo que hay invertido en obra (…) Digamos que hay coherencia entre lo girado y lo ejecutado en obra.

END: ¿Cuáles han sido las explicaciones que ha entregado el Consorcio por su incumplimiento?

LB: Realmente lo que ha sucedido es que el Consorcio nos ha incumplido. Realmente no ha destinado el suficiente personal para la ejecución de obra, no ha hecho las contrataciones con terceros para adelantar el proyecto.

Básicamente ellos plantean que han tenido problemas de diseños, en los que no se han contemplado algunas actividades, pero digamos que eso no es una excusa para que se hubieran alargado los plazos.

Básicamente la construcción del Hospital está atrasada porque al contratista le ha faltado incrementar el número de personas en los campos de trabajo.

END: ¿Usted considera que los funcionarios de la Universidad a cargo de revisar la idoneidad de esos diseños, fallaron?

LB: Digamos que sí hubo un tema técnico...

END: ¿Qué dependencia estaba encargada de ese asunto?

LB: Siempre ha sido la Oficina de Desarrollo Institucional, sino que básicamente acá siempre para un contrato hay un supervisor y él es el encargado de que se cumpla o de hacer exigir el objeto social de los contratos.

END: ¿Quién en la actualidad supervisa las obras del Hospital en representación de la Universidad?

LB: El ingeniero Juan Gabriel García es el supervisor de la interventoría. Y el ingeniero Luis Fernando Rodríguez es el supervisor de obra. La arquitecta Solangel Ramírez supervisa al ingeniero Rodríguez.

END: ¿Todos estos profesionales son funcionarios de la Universidad del Tolima?

LB: El ingeniero Juan Gabriel García y la arquitecta Solangel Ramírez son funcionarios de la ODI y Rodríguez es contratista de la Universidad.

END: ¿Ellos han estado desde el principio en esas funciones?

LB: Juan Gabriel como supervisor de la interventoría, sí. El supervisor de obra sí se cambió. Primero era el arquitecto César Casas y a partir del 15 de agosto de 2015, quedó Luis Fernando Rodríguez.

Credito
CRISTIAN CAMILO ARROYO MORA

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