El Carmen, 100 años de historia

JORGE CUÉLLAR - EL NUEVO DÍA
Muy cerca al centro de la ciudad está ubicado el barrio El Carmen, en la comuna tres, un barrio que poco a poco se ha ido convirtiendo en una zona comercial, habitado por gente trabajadora y de buenas costumbres.

Ubicado en la comuna tres, El Carmen se fundó hace cerca de 100 años: junto a la iglesia que lleva su mismo nombre lentamente se fueron levantando las casas de manera desigual.

El barrio comprende desde la calle 19 hasta la calle 25 y desde la carrera Quinta hasta la carrera Octava, y colinda con Inem, Belalcázar y La Estación.

En sus primeros años fue creciendo de manera lenta, no fue un proyecto comunitario, fue progresando a medida que se iban vendiendo los predios o se fueron ocupando los terrenos ejidos.

Según Abel Galindo, uno de los residentes más antiguos del sector, fue gracias a la comunidad de los Salesianos que construyeron la iglesia y poco a poco la gente se fue asentando a los alrededores de la misma.

Las familias que iban llegando, enviaban a sus hijos a la escuela de los Salesianos que quedaba en lo que hoy son las instalaciones del Centro Técnico y Tecnológico San José, y así lentamente año tras año llegaban más y más habitantes.

“La gente es muy unida, muy colaboradora, de buenos modales y de buen vivir”, asegura Galindo.

Dificultades

La Presidenta de la Junta de Acción Comunal señala que lo positivo del barrio se convierte en un problema para muchos.

“Debido a lo comercial del sector, el ruido es extremadamente insoportable, el sonido de motores y el volumen de los sistemas de sonido de los carros hace vibrar hasta las más pequeñas ventanas y es bastante molesto”, dice.

“Todos los almacenes de motos sacan la mercancía a los andenes, también en los aceras arreglan los carros y las motos, y la gente debe andar por la calle, y a ambos lados de la vía parquean los carros, tenemos que caminar por entre los carros, imagine con un adulto mayor o con un niño pequeño”, indica Ruth Contreras, habitante del sector.

Además los habitantes se quejan de la inseguridad, que como a la mayor parte de Ibagué, El Carmen no se escapa, “acá en la (carrera) Sexta por los locales no se ve tantos robos, pero en la Séptima y la Octava se presentan muchos más casos, y salen corriendo y se botan por la olla del Inem y por allá quien va”, indica un habitante.

Los residentes esperan que el Alcalde les cumpla con las cámaras de seguridad para que se minimicen al máximo los hurtos, y para tener más control, ya que varios jóvenes se estacionan en las esquinas al parecer a consumir alucinógenos.

Debido a la franja comercial que está a lo largo de la Quinta y se extiende hasta la sexta, la parte residencial ha ido emigrando hacia otros lugares: es un sector en constante movimiento, lleno de vida durante el día debido al comercio.

El templo

Aunque algunos residentes indican que la iglesia ya no hace parte del barrio, la sienten como suya y los más antiguos, como la señora Delma Rubio, recuerdan que hubo un tiempo en el que la comunidad se unió para llevar ladrillos para ayudar en la adecuación del templo.

Y aunque su historia es bastante extensa, que data desde 1903, el 7 de julio de 1914 fue inaugurado el templo en la ciudad que en ese momento apenas alcanzaba cinco mil habitantes, que para la época era considerada una ciudad grande.

Hoy en día es una de las iglesias que más convocan feligreses y la mayoría pertenecen al barrio El Carmen.

Para resaltar

Desde hace poco más de 20 años el barrio comenzó a tener la tendencia netamente comercial, tal vez por su cercanía a la carrera Quinta, columna vertebral de Ibagué.

Lo que antes eran caminos de herradura y construcciones de un solo piso, en un crecimiento vertiginoso se convirtió en lo que conocemos hoy como las calles de las motos, y de los talleres.

Esto sin duda alguna, ha contribuido con el crecimiento económico de la ciudad, ha generado empleo y ha incentivado la creación de pequeños negocios como tiendas. 

Otra habitante del barrio, Norma Constanza Barreto, indica que es un lugar que tiene todo muy cerca: una plaza de mercado (la de la 21) una iglesia, dos colegios (el Boyacá y la escuela América), un hospital (el San Francisco), y que, aparte de todo, lo cerca al centro lo hace un espacio para querer vivir.

Dato

Aunque ni la plaza de la 21, ni el templo de Nuestra Señora de El Carmen pertenecen al barrio, los habitantes aún la siguen sintiendo como propias, debido a la cercanía con el sector.

Credito
EL NUEVO DÍA

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