Lady Di, gente de gran corazón en un pequeño lugar

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
En este pequeño barrio de El Salado, los habitantes se sienten orgullosos de lo que son como comunidad y de todo lo que han logrado en tan poco tiempo.

Los habitantes de Lady Di, este pequeño barrio de la comuna Siete, se sienten orgullosos de lo que han construido, pues con más ganas que recursos han construido sus sueños y sus hogares en este rincón de Ibagué.

Son apenas 130 casas, algo más de 200 familias que luchan a diario por los suyos; el común denominador de los habitantes de Lady Di es el trabajo, muy pocos se quedan en casa y ya sea a causa del desempleo o de una mala racha, pero se la rebuscan honestamente para llevar a su casa algo de dinero.

Orfilia Ortiz, secretaria de la Junta de Acción Comunal, resalta que algo que la enorgullece es lo trabajadores que son los habitantes; “la mayoría, aunque con muchas dificultades, sobrepasan las obstáculos para llegar a casa con algo de dinero”.

Algo para resaltar es que entre todos están muy pendientes de sus vecinos, pero no para criticar, sino al contrario, para estar al tanto de lo que ocurra en el barrio, “siempre damos la bienvenida a cada nuevo vecino: es una costumbre que tenemos desde los primeros años del barrio”, narra Beatriz Galindo, tesorera de la JAC.

Al igual que todo este sector nororiental, el estigma de la delincuencia los azota, pero Ortiz da fe de que este es uno de los barrios más sanos, que gracias a la colaboración de la Policía y de la comunicación entre vecinos han logrado tener este lugar limpio de venta de alucinógenos.

‘Los Yarumos’

En el barrio, los vecinos no hacen más que hablar de su parque Los Yarumos, un hermoso lugar que lograron salvar y adecuar gracias al proyecto Ojos Verdes.

Es un pequeño bosque al lado del río Alvarado, que solo usaban los consumidores de alucinógenos, y que se convertía en un nido de inseguridad para todo el sector.

Junto a Cortolima y a la Policía Ambiental, los habitantes lograron recuperar toda la zona, limpiaron las basuras y los escombros y lograron, además, construir un sendero peatonal, que los hace sentir orgullosos.

Por mejorar 

Las vías del barrio están deterioradas en su totalidad, y la JAC admite que se logró que los incluyeran en una lista en la Alcaldía, para la pavimentación de la vía principal. 

“Tenemos la esperanza, ningún gobierno ni siquiera había venido a mirar, ya por lo menos este vino y miró y nos prometió el alcantarillado y la pavimentación de la vía principal, y tenemos esa esperanza, de que nos cumplan”, señala Orfilia Ortiz.

Aunque el parque Los Yarumos es un buen lugar para pasar un rato agradable, los habitantes están en la búsqueda de poder enmallar el lado que da hacia el río.

Según los residentes, por allí ingresan muchachos que no pertenecen al sector y se dedican a consumir y a atemorizar a quienes van a hacer deporte o a simplemente estar con sus familias.

Son 170 metros de malla, que desean instalar para evitar que personas ajenas al barrio vayan a interrumpir la paz que reina en el sector.

Aunque, este barrio es uno de los privilegiados, en función de que tiene un lote o terreno destinado para la construcción del salón comunal, pues luego de casi 20 años no han logrado construirlo.

“Se han hecho varias solicitudes, infraestructura está haciendo un estudio para establecer qué podemos hacer con un dinero que nos prometió el Alcalde. No tenemos más recursos, y aparte tenemos que conseguir para pasar toda la papelería de estudios y demás ante la Curaduría y demás entes”, asegura la Secretaria de la JAC.

Viviendas VIS

Los residentes recuerdan que más o menos en 1997 comenzó la historia de este pequeño barrio.

“Un amigo nos comentó que iban a hacer la construcción de viviendas de interés social, y que si nos interesaba solo teníamos que comprar el lote. En ese tiempo nos costó un millón 500 mil pesos”, relata Beatriz Galindo.

Cuentan que tuvieron que esperar alrededor de 11 años para ver la consolidación del proyecto, todo porque la idea de la asociación era demostrar que en Ibagué se podían construir casas de buena calidad y lo suficientemente amplias para una familia promedio, con solo los recursos del Gobierno.

“El Presidente de la asociación nos decía: ‘Es que yo quiero demostrar que con el subsidio del Gobierno se pueden hacer casas dignas’, y por ese motivo se tardó un poquito, pero ahora vivimos tranquilos”, asegura Ortíz.

Y reconoce que se logró, aunque tuvieron que esperar bastante, tener su casa, sin tener que pagar muchos millones.

Credito
EL NUEVO DÍA

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