Política de vivienda del alcalde Jaramillo genera polémicas

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La exigencia del alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo a constructores de la ciudad para que desarrollen proyectos VIS, le han valido críticas y señalamientos a su gestión.

El alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo mantiene una relación con los constructores de la ciudad, que bien podría enmarcarse entre ‘la zanahoria y el garrote’.

La causa de los acuerdos y desencuentros entre la Administración municipal y varios empresarios, quienes han expresado sus críticas bajo el anonimato, gira en torno a la política de vivienda local.

En algunos discursos públicos, Jaramillo ha cuestionado a los constructores y los ha acusado de no tener interés en desarrollar proyectos de vivienda para los ciudadanos de menores ingresos en Ibagué.

Sus declaraciones han llegado a convertirse en serias amenazas en las que señala que no permitirá la construcción de casas para estratos altos, sino desarrollan en esos mismos sectores Viviendas de Interés Social (VIS) o de Interés Prioritario (VIP).

La exigencia hecha ha generado malestar entre empresarios del sector constructor, quienes ven con preocupación la política de vivienda local, a pesar de que ya se han alcanzado acuerdos como el firmado a finales de marzo entre Camacol Tolima, la Alcaldía y la ministra de Vivienda, Elsa Noguera.

Durante la visita de la Ministra y luego de la Asamblea regional de Camacol, el gremio se comprometió a proveer 10 mil VIS para el Tolima, compromiso que fue aplaudido por Jaramillo.

Sin embargo, las recientes declaraciones del Alcalde en contra de los constructores, le han valido críticas a su gestión, incluso empresarios más radicales, en declaraciones efectuadas a medios locales, lo han tildado de “socialista” y de no medir a todos con el mismo rasero.

Solicitando la reserva de sus identidades, varios constructores han afirmado que mientras el Alcalde exige a los empresarios que construyan viviendas de interés social, él vive en El Vergel, mientras su hermano Mauricio Jaramillo, dedicado también a la construcción, edifica suntuosos apartamentos en ese exclusivo sector de la capital del Tolima.

Sin embargo, más allá de los señalamientos de parte y parte, lo cierto es que Ibagué siempre ha requerido con urgencia la construcción de centenares de viviendas de interés social, debido al déficit habitacional que existe.

No obstante, aunque está la necesidad, también es bien sabido que no es del todo rentable para los constructores desarrollar estos proyectos y menos si se tratan de casas de interés prioritario.

Un factor que ha sido determinante es el valor de la tierra. Para empresarios y gremios consultados en los últimos años, existe “especulación” con los precios de los terrenos (Ver recuadro).

A eso se debe sumar todo el listado de normas y requerimientos técnicos exigidos por el Gobierno nacional, que encarecen el valor de estos inmuebles, lo cual es una situación que ha sido cuestionada por el mismo Camacol.

Jaramillo respondió

El exsenador Mauricio Jaramillo, hermano del Alcalde de Ibagué, respondió a los cuestionamientos y aseguró que sus dos constructoras han desarrollado proyectos VIS y no solo viviendas de alto valor.

Frente a los señalamientos, dijo que son comentarios “cobardes” y “malintencionados”, y afirmó que solo una tercera parte de los 226 apartamentos que ha construido con sus dos empresas, han sido vivienda no VIS.

Informó que con la firma Sarmakanda construyó 180 apartamentos VIS, que conforman el Conjunto Sarmakanda, ubicado en el sector de El Salado.

Y añadió que con su otra firma, Getsemaní, construyó 46 apartamentos de alto valor en los edificios Altos del Vergel, ubicados en este exclusivo sector del nororiente ibaguereño.

“Nosotros hemos hecho en VIS el triple de lo que hemos construido en vivienda de más alto rango”.

(…) Nuestro interés es seguir haciendo, pero se ha dificultado por el problema del costo de la tierra, por la especulación que hay en este momento sobre el precio de la tierra que se ha sobredimensionado”, dijo.

A pesar de la explicación, el exsenador, además afirmó que los predios que ha adquirido son urbanos, por lo que no estaría obligado a construir viviendas VIS o VIP.

“Qué tiene que exigirme el Alcalde a mí, es que los terrenos que he comprado ya están urbanizados, sobre los terrenos urbanizados en este momento no hay una exigencia de las viviendas Vipa o de Interés social”, indicó.

El político y empresario señaló que los constructores que están obligados son quienes edifiquen en terrenos ubicados en zonas de expansión, o tierras que se van a incorporar al perímetro urbano y no están urbanizadas.

“Lo que están diciendo me parece absurdo porque nosotros, sin que nadie nos haya exigido, sí creemos que tenemos una responsabilidad social y, en ese sentido, hemos hecho tres veces más viviendas de interés social que las suntuosas”, reiteró.

Y calificó como “importante” que el Alcalde Jaramillo exija a los constructores que desarrollen proyectos en las nuevas áreas de tierra que se están incorporando, “la obligatoriedad de construir VIS y VIP, que es la que se necesita y a la que puede acceder la gente de más bajos recursos”.

Lío por Altos del Vergel

A Mauricio Jaramillo también le han cuestionado que se le hayan otorgado los permisos para construir su proyecto Altos del Vergel a solo tres metros del paso de una quebrada y no respetar la ronda hídrica de 30 metros. El conjunto ha estado envuelto en la polémica, porque han señalado a Jaramillo de recibir el permiso de Cortolima para poder construir sobre este espacio mientras se lo habrían negado a entidades como el Colegio San Bonifacio de las lanzas, ubicado al frente de los edificios.

Al respecto dijo que esas aseveraciones son falsas, que la ubicación del conjunto es legal porque ese cuerpo de agua no es una quebrada sino una escorrentía que recorre todo el sector y otros conjuntos como Cerro Azul y la misma institución educativa.

El exsenador dijo que esto lo determinó un estudio adelantado por Cortolima y la Universidad Nacional sede Caldas, lo cual permitió que de manera posterior otros proyectos se desarrollaran en la zona bajo los mismos parámetros. Asimismo, dijo que en el paso por el predio, el agua está canalizada a través de un tuvo de ocho pulgadas, y que el permiso para construir a esa distancia fue entregado por el Municipio y el Ibal, no por Cortolima.

¿Beneficios?

Al alcalde Jaramillo también lo han señalado de favorecer a su hermano con el proyecto de construcción de la doble calzada, que se construye entre la avenida Pedro Tafur y el aeropuerto Perales.

Las críticas se basan en que la nueva vía beneficiará al exsenador porque al lado de la calle 145, que conecta el sector de El Salado con Picaleña, está ubicado un predio de su propiedad.

Aunque los recursos con los que se construye la nueva carretera provienen del Gobierno nacional, faltan alrededor de 10 mil millones de pesos para culminar la obra. Los recursos tendrían que ser aportados por el Municipio.

Como solución, la Administración presentó un proyecto para adquirir los recursos mediante un crédito.

La iniciativa ha sido cuestionada por críticos de la Alcaldía, que incluso han afirmado que “el Municipio quedará endeudado para beneficiar los predios de Mauricio Jaramillo”.

El exsenador le dijo a EL NUEVO DÍA que esto es falso, y argumentó que las vías que se construyen no lo benefician, porque el terreno de su propiedad ubicado alrededor del aeropuerto tiene acceso a través de la calle 145.

Señaló que se trata de información “malintencionada” e “irresponsable” divulgada en algunos medios de comunicación “con el único interés de hacer daño”.

Destacó que el uso del suelo de este terreno es rural, no suburbano o urbano, y que allí no podría construir edificios o estructuras diferentes a “zonas de recreación, zonas deportivas o construcción de vivienda de bajo índice, es decir, máximo cuatro o cinco viviendas por hectárea”.

Además, recordó que el proyecto se ejecuta con recursos del Gobierno nacional y que fue contratado antes de la llegada de Guillermo Alfonso Jaramillo a la Alcaldía.

Valorización

El concejal Humberto Quintero, quien ha cuestionado las últimas iniciativas de endeudamiento del alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo, dijo que la recuperación de los recursos invertidos en la nueva vía al Aeropuerto debería adelantarse mediante un proyecto de valorización.

Es decir, que los propietarios de predios que quedan ubicados en zona de influencia de la carretera, paguen un impuesto al Municipio por el aumento en el valor de la tierra.

Para Mauricio Jaramillo, el Municipio no debería solicitar ningún crédito, por el contrario, considera que el Gobierno nacional debe entregar la obra culminada porque fue quien la contrató.

Con respecto, a la propuesta de cobrar vía valorización a los propietarios de los predios ubicados en zona de influencia de la nueva vía, Jaramillo dijo que sí está de acuerdo con esa posibilidad, si no existe otra alternativa.

Mayor cantidad de tierra no disminuyó su precio

Varios constructores consultados coinciden en que la especulación de la tierra encarece los precios del metro cuadrado en la ciudad y esto ha impedido el desarrollo de vivienda de interés social, que incluye VIS y VIP.

Al respecto, Mauricio Jaramillo dijo que le advirtió al en ese entonces alcalde Luis H. Rodríguez para que se adoptaran las medidas necesarias para que el Municipio pudiera regular el precio de la tierra.

“Antes de crear nuevas áreas urbanas, yo le decía al Alcalde que mantuviera el control y más bien accediera a tierra rural y la incorporara para poder mantener unos precios razonables de tierra urbana para poder garantizar vivienda de interés social”, explicó.

En el POT del año 2000 se aprobaron 600 hectáreas urbanas y mil hectáreas en área de expansión, tierras que podrían ser incorporadas al perímetro urbano mediante planes parciales.

“La tierra en esas mil hectáreas que era rural pasó a urbana, multiplicó su precio, pero lo cierto es que esa tierra no se necesitó porque en 14 años solo se utilizaron 50 hectáreas de todas la mil”, destacó el exsenador.

Y agregó que hace dos años, cuando se discutía el POT había 950 hectáreas en zonas de expansión y había más de 500 hectáreas urbanas.

Jaramillo entonces dijo que le propuso a Rodríguez que en vez de crear más áreas de expansión comprara tierra rural para incorporarla al perímetro urbano, y que con 50 o 100 hectáreas propias del Municipio podría hacer vivienda con un costo de tierra muy barato y regulado.

“Lo que hicieron con el POT fue crear 700 hectáreas más para favorecer a unos propietarios, seguramente, en áreas de expansión y crearon 300 hectáreas más urbanas”, indicó. Y agregó que en la actualidad lo mínimo que piden es entre 300, 350 y 400 mil pesos por metro cuadrado y que esos precios hacen inviable construir viviendas de interés social. “Cuando usted arranca con un valor de la tierra tan alto, es prácticamente imposible hacer VIS o tendría que hacer en mucha altura para poder tratar de compensar el precio de la tierra y es casi que imposible por no decir imposible, la construcción de la vivienda VIP”, concluyó.

Credito
EL NUEVO DÍA

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