Una trágica avalancha, provocada por el desbordamiento del río Combeima, obligó a que decenas de familias cercanas al afluente migraran a otras zonas de la ciudad al final de la década del 70. Un poco de tiempo después, una fundación local entregó 81 viviendas prefabricadas a igual número de familias que quedaron sin hogar.

Así, en 1970, inició la historia de El Refugio primera etapa, un barrio ubicado en el Sur de la ciudad que es ejemplo de tenacidad y persistencia al momento de enfrentar dificultades. Luis Ómar Varón Holguín, presidente de la Junta de Acción Comunal, comentó que tras el generoso ofrecimiento, los residentes fundadores pagaron las viviendas a través de cómodas cuotas mensuales.

También relató que esta comunidad recibe su nombre en honor al puñado de familias que encontraron en ese sector de la Capital Musical un refugio que no solo protegió su bienestar sino que, además, abrigó nuevas esperanzas. Tiempo después, un evento natural semejante se repitió y llegaron nuevas familias de afectados, que fueron recibidas con enorme hospitalidad.

En la actualidad existen alrededor de 116 familias, entre ellas los residentes fundadores y nuevos habitantes. “Tenemos una excelente comunidad, que es trabajadora, tranquila, pujante, humilde, eso es lo mejor que podemos mostrar a la ciudad: la calidad de nuestra gente”, dijo con orgullo.

Debido a su proximidad con la zona montañosa, en el sector se siente mucha frescura, y las calles angostas y el entorno pintoresco hacen del barrio un lugar confortable. En cabeza de Varón Holguín y con apoyo de una fundación, la comunidad ha ejecutado importantes trabajos de mantenimiento y embellecimiento en el polideportivo.

“Con llantas establecimos graderías, pintamos el cerramiento y procuramos que permanezca limpio, porque queremos ser ejemplo para las demás comunidades. Es gente proactiva y dispuesta a trabajar”, acotó.

El Presidente de la JAC dijo que el barrio aún soporta el estigma de ser foco de inseguridad y consumo de estupefacientes, sin embargo desde hace varios años, y con la ayuda de la Policía, han disminuido los hechos de delincuencia.

Algunas necesidades

Aunque la comunidad de El Refugio primera etapa ha demostrado capacidad de trabajo, sus líderes están a la espera de que la Alcaldía viabilice los recursos para la reparación de vías, la reposición de redes de alcantarillado y la adecuación de una zona verde.

Varón explicó que la principal vía de acceso al barrio necesita ser pavimentada, no solo para mejorar las condiciones de movilidad sino, además, para renovar el aspecto del lugar, y agregó que muchas de las calles peatonales tienen colapsadas las redes de alcantarillado, lo que ha generado problemas con aguas negras y hundimientos.

“Calculo que 70 por ciento de las vías debe ser intervenido. Parece ser que nos van a arreglar una calle, e iniciar con algo es positivo, pero queremos que nos colaboren más en arreglar esto, que nos está ocasionando grandes dolores de cabeza”, afirmó.

Por otro lado, los residentes solicitan la adecuación e instalación de un parque biosaludable en un punto conocido como el parque Caracolí, que ha sido por años un lugar de encuentro comunitario y esparcimiento que, según Varón, merece ser intervenido en beneficio de los residentes.

Una fundación que cambia vidas

Desde hace diez años, la Fundación para Niños Misch - García - Sarmiento ofrece alimentación a 70 niños, ha donado materiales para arreglos y lidera jornadas lúdicas, deportivas y recreativas. Se trata de una organización que ha sido clave para el desarrollo integral de la población infantil y sus familias.

Los beneficiados reciben refuerzo escolar, clases de música, taekwondo, manualidades y enseñanzas sobre higiene y valores. Sumado a ello, las familias tienen apoyo psicológico y de planificación familiar.

Los gestores son Roland Hans Misch y Elizabeth García Sarmiento, un alemán y una ibaguereña, quienes se propusieron apoyar a decenas de personas de escasos recursos.