A pesar de la subienda, el nicuro está a precio de ‘caviar’ en Honda

FOTOS HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
Los pescadores están haciendo su agosto por la masiva llegada de compradores y el aumento del caudal del río Magdalena.

En una fiesta, pero de precio se convirtió el regreso de la subienda a Honda. El fenómeno que no se registraba desde hacía cuatro años no solo dejó asombrados a los pescadores quienes pudieron desempolvar sus atarrayas y góndolas sino a los compradores de Ibagué, La Dorada, Bogotá, Medellín y Villavicencio, quienes están llegando motivados por las ‘gangas’, propias de la bonanza.

Sin embargo, para su infortunio el bajo precio parece un mito, puesto que una yunta o sarta de nicuro, que se rumoraba estaba entre cinco y ocho mil pesos, ayer no se conseguía a menos de 25 mil, y la caneca que se estaba vendiendo en promedio a 70 y 80 mil pesos pasó a ser ofertada entre 130 y 160 mil pesos, en los sitios más concurridos como ‘El Remolino’ sobre la vía Pacho Mario; ‘Caracolí’, en la vía hacia La Dorada y el ‘Amé’ y ‘El Hoyo’, en Puerto Bogotá.

De acuerdo con algunos pescadores, las alzas se deben a dos razones, la primera, que si bien hay migración de peces que remontan los ríos, estos no son en cantidad, debido a que el río Magdalena está crecido, lo que dificulta su captura, y la segunda, que la demanda sobrepasa la oferta.

Lo anterior, llevó a decir a algunos que en la ‘Ciudad de los puentes’ hay más subienda de turistas que de peces, es el caso de Gilberto Mora, quien aseguró que mientras estén llegando comerciantes de pescado y turistas, el precio se mantendrá por las nubes principalmente los fines de semana, días de mayor concentración de visitantes.

El elevado precio, aseguraron algunos de los desanimados compradores, es “inconcebible” y “abusivo”, puesto que es superior al encontrado en las plazas de mercado, y aún más teniendo en cuenta que el nicuro está “muy pequeño”.

Esperando la punta gruesa

A la par que abundan los compradores y los pescadores novatos, los de tradición esperan con ansias la llegada de la punta gruesa de peces.

Según Carlos Alberto Suárez, Jorge Enrique Trujillo, Gildardo Hurtado, Jairo García y Gabriel Jiménez, ‘El guerrero’, de salir como se está proyectando, esta estaría pisando aguas de Honda en 15 días, y el tamaño de los peces recaudados sobrepasaría los actuales.

De cumplirse los pronósticos de los pescadores, este fenómeno sí sería un verdadero festín, y los compradores podrían dotarse a precios más cómodos, es decir, no “pagar la gana” como está ocurriendo.

“Un milagro”

 La subienda que inició a mediados de diciembre, dicen los ribereños, fue un milagro que les está devolviendo las esperanzas, pues la economía se activó por completo, beneficiando no solo a los propietarios de restaurantes y hoteles y pequeños comerciantes de bebidas sino a familias enteras, que además de pescar se están ganando el sustento diario armando las yuntas o limpiando los pescados.

“Ya perdí la cuenta de cuántos miles de nicuros he arreglado en esta temporada. Eso no lo podía decir hace casi cinco años”, explicó José Darío Largo, quien desde hace 30 años pesca en la noche, y en el día arregla a cambio de unos cuantos pesos.

Opinión similar tiene María Helena Peña, quien es la primera vez que adelanta esta labor.

Peña no es la única novata en la zona, junto con ella son incontables las mujeres que están buscando armarse la quincena, al igual que lo están haciendo aficionados a la pesca, quienes desde que llegó la subienda armaron cambuches y carpas al borde del río.

No aprenden

La amplia demanda y el afán por unos cuantos pesos ha llevado a turistas y pescadores a infringir las normas. En el recorrido efectuado por EL NUEVO DÍA a varios de los puntos de pesca se observó que hay quienes no están cumpliendo con las tallas permitidas.

Algunos de los nicuros ofertados no superaban los 12 centímetros, y lo curioso es que por ningún lado se vio presencia de las autoridades ejerciendo control; sin embargo, en días anteriores la Aunap adelantó operativos para revisar la calidad y tamaño del pescado, inspección en la que se decomisaron varios kilos de bocachico y nicuro, que no cumplían con la talla mínima, 25 y 18 centímetros, respectivamente. 

Credito
EL NUEVO DÍA

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