Después de dos días de viaje y superar diferentes dificultades, alrededor de 150 integrantes del Frente 21 de las Farc, Cacica La Gaitana, llegaron finalmente a Gaitania corregimiento de Planadas, lugar en el que los guerrilleros fueron recibidos por la comunidad con la música de su himno.

En el destino, ubicado al Sur del Tolima, se encontraron con un efusivo recibimiento, hecho que les dio confianza para instalarse en la Zona Veredal Transitoria de Normalización (Zvtn).

Sin embargo, al llegar a la vereda El Oso, la realidad fue desconcertante, pues el terreno que los albergará por los próximos 180 días, no cuenta con las condiciones que se establecieron en el protocolo con el Gobierno nacional.

“Lo que encontramos fue un pantanero, un barrial horrible, una vaina tremenda, aquí no hay nada.

“(Para) nosotros como organización y como Frente 21, donde venimos todos los hombres y mujeres que lo integramos, acompañados de 10 niños, el impacto fue muy fuerte, porque no hay condiciones sanitarias, no hay agua.

“Hay que dejar claro que el Gobierno no ha cumplido con lo pactado, ni con la palabra, ni con nada, esta dilatando totalmente este proceso y esta zona no está adecuada para que vivan seres humanos”, precisó el comandante del Frente 21, Wilson Saavedra.

Añadió que es una situación desalentadora para el proceso. Entre el grupo guerrillero hay una mujer embarazada, varios menores lactantes, otros de cinco años y adultos mayores.

¿Qué sigue ahora?

Teniendo en cuenta que los 180 días programados para el desarme empezaron en varios puntos de concentración con el pie izquierdo, los guerrilleros que ya están reunidos quedan a la espera de las directrices del secretariado mayor central de las Farc, pues son ellos los que están en diálogo permanente con el Gobierno nacional.

“Nosotros como integrantes de las Farc, estamos dándole cumplimiento a los acuerdos y a las orientaciones de nuestros organismos superiores”, concluyó Saavedra.

Una larga travesá para llegar al Sur

Según el comandante del Frente 21 de las Farc, Wilson Saavedra, algunos de los factores que alargaron el viaje desde el corregimiento La Mesa Río Loro, del municipio de Buga, fueron las fallas mecánicas de los vehículos en que se transportaban y los problemas de rodamiento que se generaron. A esto se le agrega, que quedaron faltando carros para el cargamento que traían, por lo que en medio de la marcha tuvieron que hacer varios transbordos.

Este viaje hacia la Zona Veredal Transitoria de Normalización de El Oso, significó dejar atrás, según ellos, a una comunidad campesina que de alguna manera se sentía segura con su presencia. “Desde el momento en que salimos de La Mesa Río Loro, fue un momento que generó una mezcla de (sentimientos entre) nostalgia, optimismo y alegría.

“La población nos despidió con cariño, de cierto modo los campesinos se sintieron como un poco solos, nos pedían que no los abandonáramos, por lo que les explicamos lo del proceso (de paz)”, contó Saavedra. A medida que iban recorriendo varios municipios de la Región Andina, se encontraron con el saludo de los ciudadanos, que ven con esperanza un proceso de desarme que al parecer ahora sí empezó una cuenta regresiva.