Un reciente estudio de la Fundación Éxito mostró la radiografía de desnutrición crónica a nivel nacional, problemática que termina generando alteraciones permanentes e irreversibles en el desarrollo cognitivo y físico de las personas. Según la indagación adelantada con datos oficiales hasta el 2018, en el país uno de cada nueve niños padece de desnutrición crónica.

Para crear el Índice de Desnutrición Crónica 2020, se tuvieron en cuenta 12 variables entre ellas bajo peso al nacer, proporción de nacimientos de madres adolescentes entre 10 y 19 años, la proporción de nacimientos de madres con menos de cuatro consultas antes del parto, cobertura en acueducto, índice de riesgo en la calidad del agua y mortalidad de la niñez por cada mil menores.

Cabe resaltar que los datos oficiales para estas variables y estructurar el informe son de 2018.

Dichos lineamientos se aplicaron en mil 076 municipios del país, los resultados los ubicaron en cinco categorías que son crítico, bajo, medio, satisfactorio y sobresaliente.

¿Cómo está el Tolima?

De manera general, el departamento muestra un comportamiento satisfactorio, sin embargo, “llama la atención que, aunque en Tolima, Boyacá y Sucre se  evidencian comportamientos favorables para el índice de DNC, su dinámica económica no es tan positiva y las tasas de pobreza son altas respecto al promedio nacional, por lo cual, estos casos deben analizarse de manera específica”, se precisa en el documento.

De los 47 municipios, seis se ubican en estado crítico y son Ataco, Piedras, Prado, Roncesvalles, Santa Isabel y Villarrica. Según el informe las poblaciones que de esta categoría se caracterizan por tener altas tasas de pobreza, su Producto Interno Bruto per cápita es bajo y están en departamentos con altos índices de desigualdad.

En el nivel bajo se encuentran 9 municipios, aparecen Anzoátegui, Coyaima, Cunday, Honda, Natagaima, Planadas, Rioblanco, Rovira y Villahermosa.

En la categoría media hay 16, entre ellos están Alvarado, Cajamarca, Fresno, Guamo, Ortega, Palocabildo, Saldaña, San Antonio, San Luis y Valle de San Juan.

Mientras que en el nivel satisfactorio hay 13 municipios como Icononzo, Ambalema, Carmen de Apicalá, Flandes, Lérida, Mariquita y Líbano.

Solamente Ibagué, Espinal y Melgar se ubican en la categoría sobresaliente, es decir, tienen mayores capacidades institucionales que les permite una mejor gestión para afrontar la  problemática y con su capacidad administrativa logra la articulación de alianzas para implementar acciones con mayor impacto.

En el país falta información

Por su parte, Paula Escobar, directora de la Fundación Éxito, explicó que en el país hay un vacío en la información, pues solo se cuenta con la Encuesta Nacional de Situación Nutricional, Ensin, que es la que informa el porcentaje de niños con desnutrición crónica de manera general por departamento, por lo que se “presenta dos retos, uno es el de la periodicidad, porque se supone que debe salir cada cinco años, pero está retrasada, por ejemplo, la última información es de 2015 y apenas se conoció en 2018”.

El otro factor que juega en contra es que la Ensin solo entrega datos por región, sin ahondar por municipios, motivo por la cual la Fundación se dio a la tarea de analizar los determinantes sociales de la desnutrición crónica en niños que están en un rango de edad de 0 a 5 años, etapa que es considerada como la más importante del ser humano, por lo que se necesita garantizar una adecuada nutrición.

“Lo más preocupante de todo, es que encontramos que el 58% de los municipios (en el país) están en las categorías crítica, baja y media”, comentó Escobar.

Agregó que la idea con el estudio es entender la realidad de cada territorio, pues esto es necesario “para erradicar la desnutrición crónica y mejorar la situación nutricional de nuestros niños y niñas, es muy importante conocer la información”.

Es por ello, que se busca que el Índice de Desnutrición Crónica se convierta en una herramienta para los alcaldes y así puedan focalizar acciones e implementar medidas específicas para cada comunidad.

Una de las preocupaciones expresadas por la directora es que la pandemia puede originar que los municipios que están en el nivel medio caigan a bajo e incluso al crítico, “el riesgo más relevante que encontramos en esta categoría media, es que si bien no son los municipios que tienen los indicadores más rezagados, son los que tienen mayor riesgo de descender de categoría ante un panorama cambiante o unas situaciones diferentes”, expresó.

Preguntas y respuestas

EL NUEVO DÍA: ¿Cuáles son las recomendaciones para los municipios que están en nivel bajo y crítico?

PAULA ESCOBAR: Para los niveles críticos la recomendación es que el Gobierno nacional los pueda acompañar mucho más en la formulación de políticas públicas de primera infancia, salud y seguridad alimentaria, asimismo, gestionar recursos para ese fin. Resaltamos la labor que el Gobierno nacional vienen haciendo en las entregas (de alimentos), pero el acompañamiento es más desde la formulación de políticas públicas.

Se debe tratar de garantizar que las poblaciones de estos municipios tengan acceso a servicios básicos esenciales como es el saneamiento, agua potable, salud y educación, y que garanticemos que lleguen con mayor énfasis a las zonas rurales que pueden ser las más afectadas.

E.N.D.: ¿Qué tipo de estrategias se deberían crear?

P.E.: Para programas de salud y nutrición, por ejemplo, puede ser la telemedicina porque generalmente pueden ser municipios que quedan muy apartados de la capitales, atención extramural donde sea los hospitales quienes vayan a las zonas más apartadas y tener en cuenta otro tipo de estrategia de medicina intercultural.

E.N.D.: El IDC se convierte en una herramienta oportuna para los gobiernos departamentales y municipales, ¿la idea es no establecer políticas generalizadas?

P.E.: Se debe hacer focalizaciones, por ejemplo, en programas departamentales las gobernaciones no pueden irse de la misma manera para todos los municipios, a los críticos los debe acompañar de una manera, a los sobresalientes y medios de otra. La idea entonces, es que los gobiernos departamentales puedan tomar este índice como una referencia de cómo focalizar sus intervenciones y cómo poder acompañar de manera diferencial en políticas públicas a sus municipios.

E.N.D.: ¿Cuál es el llamado en medio de esta emergencia sanitaria?

P.E.: Fortalecer las estrategias de atención, no bajar la guardia y tener siempre presente que en estas emergencias, la seguridad alimentaria de las familias se ve bastante afectada y en consecuencia la nutrición de los niños también, entonces, es a seguir invirtiendo recursos para darle prioridad a la nutrición y alimentación infantil.