Motociclista murió al chocar con un microbús en el Jardín

A Óscar Leandro Rodríguez García lo conocían como ‘El Flaco’, un apasionado por las motocicletas y la piscicultura. Pertenecía a un grupo de ‘moteros’ que hace rodadas en diferentes partes del país.

Rodríguez García salió después de las 8 p.m. de la planta La Ceiba de la empresa Avícola Triple A, ubicada en la vía al peaje de Gualanday.

Terminó turno y se dirigió hasta Mirolindo donde compartió con unos amigos que estaban jugando fútbol. Ahí llamó a su progenitora y le avisó que ya iba para la casa en El Topacio. Esa fue la última llamada que ‘El Flaco’ le hizo a su madre.

A pocos kilómetros de llegar a su hogar, por la carrera Quinta con calle 96, en inmediaciones de Karibana, el ‘motero’ colisionó contra un microbús.

Al parecer, el vehículo se habría ‘comido’ el semáforo, versión que es investigada por las autoridades.

A Rodríguez García lo trasladaron en una ambulancia hasta la Clínica Nuestra. Su estado de salud no era el mejor, pues el impacto le provocó lesiones de gravedad. Sobre la 1:30 de la madrugada de ayer, a la familia Rodríguez García le informaron que su ser querido había muerto.

La noticia llenó de conmoción a su grupo ‘Radical Bikers’, con el que días atrás había rodado por carreteras del Quindío y donde no tuvo ninguna eventualidad, pues era muy prudente en las vías.

 

¿Quién era?

Óscar Leandro era tecnólogo en administración agropecuaria de la Universidad del Tolima, no tenía hijos, vivía con sus padres y estaba pagando su apartamento, proyectos que cada día lo hacían ser más responsable.

Tenía dos pasiones: la piscicultura y las motocicletas. La primera lo hizo tener un acuario en su hogar, era muy entregado a la crianza de peces y le gustaba reproducirlos, ese amor por dicha técnica la inculcó en varios de sus allegados, entre ellos, su amigo de infancia Iván Patiño, quien lo recuerda como una gran persona; y la segunda, las motos, tenía dos, una de alto cilindraje y otra Hero Splendor, con la cual se accidentó.

Actualmente trabajaba en la Avícola Triple A, donde estaba a cargo de la planta de tratamiento de agua para el consumo de las aves.

Al cierre de esta edición, sus familiares reclamaban el cuerpo en Medicina Legal para darle cristiana sepultura.

Credito
IBAGUÉ

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