Agricultura y ceba, el tránsito de la lechería

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
Producto de la crisis por los malos precios, los lecheros del país hacen tránsito hacia las siembras de
palma, maíz, algodón y cítricos.

En junio de 2017, la hacienda productora de leche más importante del trópico bajo en Colombia, se vio obligada a botar la leche: no se la compraban y si lo hacían, por ella pagaban precios irrisorios. La crisis de ese subsector sigue hirviendo.

Debido a lo anterior, en el Magdalena Medio, donde aún el litro de leche al productor no supera los $850, muchos lecheros están “volteando” su actividad agrícola; igual que en el sur del Cesar.

La razón: los precios de la leche son los mismos de hace 10 años; mientras que anualmente se enfrentan a continuas alzas de insumos, salarios y otros costos de producción.

La actividad dejó de ser rentable y lo será aún menos, a juicio de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, y Analac, si se implementa un precio competitivo de exportación de la leche; medida que arruinaría a los pequeños, medianos y grandes productores del país.

El precio promedio de compra por litro de leche es de $1.027. El que se pagaría por los excedentes de exportación sería de $745.

Ante el difícil panorama, los productores de leche se están refugiando en la agricultura y otros, cruzan sus vacas productoras con machos de carne, con el fin de buscar animales para ceba, actividad que hoy es atractiva por el precio que se paga por el kilo de ternero de buena calidad, que puede estar entre $4.800 y $5.000.

 

Costos con acelerador

De acuerdo con Sergio Armando Serrano, productor de leche en el sur del Cesar, si los precios del producto siguen bajando es imposible sostener la actividad. “La demanda de mano de obra es muy alta y los costos de producción anualmente se incrementan el 25%. Esos incrementos no los aguanta ninguna actividad agropecuaria en Colombia ni del mundo, si al menos, el precio de venta no compensa los costos del negocio”, agregó.

Serrano dijo que en el 2012 incursionó en el cultivo de palma y que ahora, de seguir la misma situación dejará la genética lechera y recurrirá a los toros de carne para cruzarlos con la vacada lechera, en la búsqueda de F-1 (animales cruzados) que tiene buen mercado en la actualidad.

 

Más empleo

En la parte baja de Rionegro, Santander, por los sectores de San José de los Chorros, el litro de leche al productor no se paga por encima de $800 desde hace una década.

Esa incertidumbre y falta de rentabilidad, según Hernando Muñoz Marín, lo llevó a dejar la actividad.

En su concepto, un nuevo ingrediente aceleró el abandono de ese ejercicio pecuario: el manoseo, propio de los compradores que se amparan en las llamadas “enlechadas” para no recoger el producto uno o dos días a la semana.

“Es imposible poderse mantener en una actividad con un precio estático frente a un incremento anual del 25% de los costos de producción, y aparte, que no la recojan”, agregó.

Ante ese oscuro panorama decide trasladarse al cultivo de palma, un negocio en el que se siente mejor económicamente, pagan rápido, tiene un mercado asegurado y le permite a su vez cancelarle mejores honorarios a sus trabajadores.

“La actividad palmera conlleva una mayor generación de empleo directo e indirecto y un mejor bienestar de las personas que laboran con uno”, agregó. Muñoz Marín dijo que acabará en su totalidad la producción de leche y la ganadería la trabajará para la producción de bovinos de engorde. Además, piensa expandirse un poco más en palma.

De acuerdo con Fedegán, los lecheros del país le han solicitado al Gobierno Nacional que, al menos, al productor se le pague el 50% de lo que se le vende al consumidor final.

Además, le solicitaron acceso a los créditos para tecnificar las ganaderías y mejorar sus producciones para ser más competitivos.

Al cierre de 2017, según el gremio, no se tuvo una sola respuesta satisfactoria, mientras las importaciones de lácteos inundan al país a cada instante.

 

Explotaciones especializadas en aprietos

 Para los productores de leche con genética de alta selección y animales en confinamiento, la situación es aún más incierta. En esta actividad, los costos de producción son muy altos y la demanda de mano de obra es mayor.

De acuerdo con un productor, quién pidió reserva de su nombre, las vacas son máquinas procesadoras de leche, lo que significa que su alimentación debe ser de excelente calidad a través de dietas nutricionales compuestas por fibra, minerales, nutrientes, energía y proteína.

Por ejemplo, una vaca con una producción de 40 litros se come aproximadamente 10 kilos de concentrado y 22 kilos de materia seca (pasturas, henos o silo).

Con los precios actuales del concentrado, esa vaca demanda $12.000 diariamente. Además, el ejemplar tiene que sostener con su producción, por lo menos, a un vaca improductiva en la finca.

Igualmente, debe alimentar a una cría. Si es ternera, ésta se bebe diariamente 6 litros de leche durante 6 meses; es decir, cerca de 1.100 litros.

Aparte de lo anterior, el proceso de ordeño es mecanizado, lo que trae consigo costos de mantenimiento, repotenciación y energía. “Lo que queda claro es que con leche a $1.050 no hay rentabilidad posible y si se quiera tener algún margen, por lo menos, ese litro debería valer $2.200”, agregó.

 

Crisis también en Estados Unidos y México

 No solo los lecheros colombianos están dejando la actividad; igual está ocurriendo en EE.UU. y México. De acuerdo con Mauricio Moreno Roa, presidente de la junta de Fedegán, en estos dos países el abandono de la actividad es en un alto porcentaje. “Permanentemente se liquidan hatos, sobre todo los de unidades familiares, no tanto las explotaciones comerciales, por el bajo precio internacional de la leche frente a los altos costos de producción”, agregó.

El directivo dijo que hay países productores que subsidian y tienen políticas de apoyo directo para el desarrollo de esa actividad, lo que les permite llegar a mercado externos con precios muy bajos.

Moreno Roa dijo que en Colombia, debido a los TLC firmados con EE.UU. y la Unión Europea, comenzaron a llegar los contingentes (cada año serán mayores hasta quedar abiertos) a precios bajos, factor que aprovecha la industria al punto que ya no son compradores sino reconvertidores del producto, llevándolo, incluso, a no interesarle la producción local. Para el vocero gremial, la reconversión del negocio lo pueden realizar quienes en su portafolio de inversión, la leche sea uno más de sus negocios; pero no ocurrirá lo mismo con los pequeños productores que tienen esa actividad como subsistencia, tal y como ocurre en Colombia con el 90% de la producción nacional.

 

Cifra

5 granjas de leche al día, en promedio, cerraron sus puertas en España durante el 2017 por los malos precios y baja rentabilidad.

 

¿Sabía qué

el 53% de la leche que se produce en Colombia es pasteurizada, el 26% es comercializada por intermediarios, el 10% se queda en las fincas para realizar quesos, cuajada y suero, el 8% es de autoconsumo y el 3% va para dulcerías y otros usos agroindustriales a pequeña escala.

 

Cifra

42 mil toneladas de leche en polvo entraron a Colombia al cierre de 2017; a unas exportaciones que solo llegaron a 4.800 toneladas.  

Credito
REDACCIÓN ECONOMÍA

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