Portugal no tiene ningún punto, mientras que Estados Unidos, que en la primera jornada ganó 2-1 a Ghana, suma tres. De esta forma el equipo ibérico está en la tesitura de que prácticamente sólo le vale la victoria para seguir con vida.

La resurrección portuguesa tendría que producirse en Manaos, donde las condiciones climatológicas no son las mejores para jugar al fútbol, debido al calor agobiante (temperaturas superiores a 30 grados) y a la humedad (puede alcanzar el 90 por ciento).

Pero más allá de lo extradeportivo, el principal problema para Paulo Bento será recomponer un equipo que de golpe se quedó sin cuatro titulares en un partido. Pepe, uno de los jefes de la defensa, cumplirá partido de sanción, Coentrao es baja para todo el Mundial y el regreso del portero Rui Patricio y del ariete Hugo Almeida, con lesiones musculares, parece muy precipitado para hoy, según los partes médicos ofrecidos.

A su vez, Cristiano Ronaldo, que afronta el Mundial de Brasil con la etiqueta de último Balón de Oro, tiene una nueva oportunidad de brillar, tras un debut frustrante en el que se vio superado por el poderío alemán, sin ninguna opción de mostrar sus galones en el fútbol mundial.

En el cuadro norteamericano será baja el potente delantero Jozy Altidore, que tuvo que abandonar ante los africanos en el minuto 21 por una lesión en los aductores.

En cambio, Clint Dempsey, víctima de una fractura de nariz y autor del primer gol estadounidense, y Matt Besler, tocado también en los aductores, estarán disponibles para el choque de hoy.

Una victoria de Estados Unidos en Manaos, prácticamente lo dejaría con un cupo a los octavos de final y de paso se confirmaría como una de las revelaciones de la cita orbital.