Cuando el terreno que conducía a la cima del Roccaraso, sitio de meta, se hizo más empinado, Chaves mantuvo paso firme junto con otros corredores como el italiano Domenico Pozzovivo y su compatriota Rigoberto Urán, y arañó segundos valiosos al entrar séptimo a 1.29 del ganador de la fracción, el belga Tim Wellens.

Urán, también de destacado trabajo, fue octavo a 1.33, en tanto que Darwin Atapuma ingresó en el puesto 38 a 2.58 del vencedor.

El holandés Tim Dumoulin mantuvo la camiseta rosada de líder al demostrar que está en buenas condiciones en el terreno montañoso, ingresando en el cuarto lugar de la etapa de ayer.

“Estoy sorprendido”, admitió Dumoulin, que explicó que afronta el Giro sin haber seguido una preparación específica para las etapas de montaña.

Por su parte Wellens, que el martes festejó su cumpleaños 25, es una de las esperanzas del ciclismo belga. Dos veces segundo en dos etapas del Giro en su primera participación en 2014, el año pasado ganó el Gran Premio de Montreal y esta temporada se adjudicó la etapa final de la París-Niza.

El belga, adepto de la bicicleta de montaña, celebró el triunfo como lo hacen los especialistas de esta disciplina: cruzando la meta a pie, con la bicicleta levantada en brazos.

Hoy se correrá la séptima etapa, entre Sulmona y Foligno, con 211 km de un recorrido con final favorable para los velocistas, pese a la presencia de un puerto de segunda categoría situado al inicio de la carrera.