Lo inspira la familia y escuchar vallenato

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
Marcos Melgarejo busca fortalecer rápidamente la confianza con sus compañeros para poderle ofrecer al Vinotinto y Oro todo su talento con la pelota.

La etapa de adaptación de un extranjero en un equipo de fútbol profesional casi siempre tiende a ser lenta, y muchas veces tediosa; por la condición de ser el nuevo, el extraño, y también influye la atención que se roba ante los medios y la afición.

En el caso de Marcos Melgarejo, uno de los dos paraguayos que contrató el Deportes Tolima para el presente año, ya ha sentido en los entrenamientos el peso de ser el forastero, especialmente porque fue el último hombre que se unió para esta pretemporada.

“Es entendible. Eso hace parte de la acomodación en el grupo. Apenas llevo un par de semanas con los compañeros, pero confío en ganarme rápidamente su cariño y respeto tanto adentro como afuera de las canchas”, sostuvo el ‘Guaraní’.

Al son vallenato

Y mientras eso ocurre, el volante ofensivo se apegará a un par de aspectos personales que le pueden hacer más cómodo el proceso, como por ejemplo la amistad que tiene de tiempo atrás con sus compatriotas Joel Silva (portero) y Víctor Aquino (atacante recién llegado).

Pero lo que más lo hace sentir como en casa, así suene un poco extraño, es que en Colombia puede escuchar, en cualquier lugar que se imagine, la música que le fascina y de la cual se enamoró en su país: el vallenato.

Imagen eliminada.

“Soy un gran admirador de las canciones de Diomedes Díaz, el Binomio de Oro, y también un poco de Rafael Orozco, ya que en mi barrio (Obrero) en Asunción, ese género musical se escucha bastante, gracias a los futbolistas paraguayos que han pasado por el balompié colombiano.

“A mi esposa también le gusta el vallenato. Eso, la calidez humana que hay en este país y la buena imagen que tiene el Deportes Tolima, fueron los motivos que me llevaron a venir. La idea es corresponder a las expectativas y confianza que me han depositado”, refirió el subcampeón de la Copa Libertadores de 2014, con el Nacional de Paraguay.

Familia y fe

Al mismo tiempo que reconoció el placer de escuchar un acordeón, Melgarejo dejó bien claro que “solamente me gusta oírlo, no es un pretexto para salir a joder. Ya estoy casado, tengo dos hijos y vine fue a trabajar y aportar mi grano de arena al equipo”.

Marcos se considera “un hombre creyente en Dios y en su hijo salvador, Jesús, y apegado a mi familia”, motivo por el cual se tatuó en los brazos los nombres de sus dos retoños, llamados Enzo Josué y Franco Benjamín.

“Ellos son mi inspiración, apenas llevo unas semanas alejado de mi hogar y ya los extraño. Estoy esperando que mi esposa expida pronto los papeles para que pueda venirse para acá. Eso me pondrá muy feliz, y cuando uno está contento, eso se refleja en la cancha.

“Igual, desde que llegué me he sentido alegre, porque estoy con un excelente grupo, con muy buenos jugadores, un gran entrenador, y no veo la hora de debutar, esperando hacerlo de la mejor forma. Hay algo de nervios, porque nunca había salido de mi país, pero ya cuando tenga la pelota en mis pies, confío en soltarme y aportarle cosas importantes a la institución”, puntualizó Melgarejo.

Cuadrando la titular

 El técnico Alberto Gamero llevó a cabo ayer en el Club Campestre una práctica de fútbol, de cara a conformar la nómina inicialista para el choque de mañana ante Rionegro Águilas en el estadio Manuel Murillo Toro (4 p.m.).

Inicialmente, formó con Joel Silva; Didier Delgado, Daladier Chávez, Oidel Pérez, Ómar Albornoz; Luis Paz, Matheus Uribe; Marco Pérez, Hárrison Otálvaro, Déinner Quiñónez; y Víctor Aquino en punta.

Luego optó por los siguientes cambios: Dávinson Monsalve por Chávez; Jhon Valencia por Oidel; Cristian Dájome por Pérez, Marcos Melgarejo por Quiñónez y Jhon Méndez por Otálvaro. 

Credito
RONAL RENGIFO ÁLVAREZ

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