19 litros en lechería tropical

FOTOS SUMINISTRADAS - EL NUEVO DÍA
“Cuando existe crisis, hay que meterle más a la actividad para aumentar la producción y no ­recogerse”.

Don Sebastián Londoño Jaramil­lo es un ganadero de Pereira que ha combinado muy bien la sabiduría de los viejos y el conocimiento de los técnicos.

Su conversación resulta agradable, toda vez que matiza los dichos de sus antepasados con premisas de planeación estratégica para ilustrar determinadas situaciones.

Señala, por ejemplo, que “sólo se mejora lo que se mide”, o que “sólo se logra lo que se planea”.

Todo ello se origina en su obsesión por el tema de la información.

Biólogo y piscicultor de formación, pero ganadero por tradición, asumió el reto de dirigir una finca lechera de propiedad de su familia, actividad sobre la que pensaba que sabía mucho pero, como él mismo afirma, “a los siete minutos me di cuenta que no sabía nada”.

De eso hace unos 25 años. En esa época el mayordomo, que ya hacía parte de los activos de la finca, llevaba registros de muchas actividades del establecimiento.

A renglón seguido se dedicó, de manera juiciosa, a sistematizarlos, pero le faltaba lo más importante: analizarlos.

Planear para cinco años

Hoy en la lechería de “Londoburgo” -el nombre de la finca- se registra un panorama diferente. Así lo muestran las proyecciones de la actividad productiva, que son muy positivas. Los planes de trabajo dejaron de ser de corto plazo para avanzar en una planeación estratégica proyectada a cinco años, con revisiones del cumplimiento cada cuatro meses.

Fue un cambio de mentalidad que le implicó ir contra la corriente de los que tradicionalmente manejan el establecimiento. “La gran ventaja de la ignorancia es dejarse aconsejar bien”, explica.

Por ejemplo, acabó con el ordeño con ternero. “Un día traje un camión y ordené montar todos los terneros. Y no pasó nada con la producción de leche, no se cayó”.

Hoy sus cifras muestran una producción de 16,5 ls/vaca día -que va en camino de recuperación después de haber logrado 19 ls/vaca día-, con producción diaria de más de dos mil litros, con una vacada de 125 animales en ordeño, cruce Hoslteín-Gir, en 60 hectáreas

Otros indicadores productivos del establecimiento superan el promedio nacional de una lechería de estas características: 175 días en leche; tasa de natalidad de 85 por ciento; y 410 días de intervalo entre partos.
    
Las ventajas comparativas

Sin duda, Londoburgo cuenta con unas ventajas comparativas.

Ubicada a mil 200 metros sobre el nivel del mar y clima medio de 24° C, goza de un nivel de pluviosidad de 2.000 mm/año, que es baja, pero constante durante todo el año.

“Aquí no tenemos que ensilar, porque durante todo el año tenemos buenas pasturas”. Esa ventaja la refuerza con la provisión de fertilización que hace con base en estudios de suelo y de los pastos (foliares y edáficos), práctica que le sirve para controlar las arvenses además de no guadañar.

Tiene pasto estrella, que tiene un contenido de proteína de 14 por ciento. Los potreros los utiliza tres días y los deja descansar 28; y suministra sal entre 100 y 200 grs/día.

Las ventajas competitivas

Adicional a la implementación de BPG (es un establecimiento certificado por el ICA), tiene como ventaja competitiva el ordeño triple (3 a.m.; 11 a.m. y 5 p.m.). Algunas de las vacas las “repasa” (en los primeros 40 días de lactancia), en las que ha llegado a obtener hasta 40 lts/vaca/día.

“Implantar esta decisión fue una de las más complejas, sobre todo por el cambio cultural que exige en los trabajadores”, comenta.

Todo esto acompañado de un riguroso control sanitario (vacunación contra la aftosa e IBR, y chequeos reproductivos cada mes), pero siempre teniendo en cuenta que “el mejor remedio es una buena alimentación” y refuerzos como el suministro de vitamina E, para reducir la presencia de mastitis, junto con purgas al parto.

Para el manejo de endoparásitos utiliza albendazoles y levamisoles y para los ectoparásitos, especialmente para el control de garrapatas y moscas, el zumo del neem, un árbol de origen indio con excelentes propiedades insecticidas, que asperja de forma ingeniosa sobre los animales en el corral del ordeño, tal como se observa en la foto (en próxima edición de Contacto Agropecuario será brindada una explicación mayor de las propiedades y usos este árbol).

Además ya tiene en la finca un buen número de esta especie que le suministra la materia prima.

El manejo del recurso humano es fundamental en Londoburgo. Los indicadores productivos aumentan cuando se comparten los rendimientos. Bonifica por aumentos en volumen y calidad de leche.

Adicional a los puntos señalados, uno de los temas más complejos para los ganaderos es entender que las decisiones se deben tomar epidemiológicamente, o sea a nivel poblacional, y nunca individual, tal como señala Don Sebastián.



Credito
EL NUEVO DÍA

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