El oro y la palma africana

El sendero agronómico del planeta, siempre camuflado, nos hizo creer en las buenas intenciones del capital globalizado y disfrazado. Caminamos nuestras selvas húmedas convencidos de que las palmas de aceite, serían la redención de las poblaciones negras empujadas hacia el mar con artefactos primitivos.

Simultáneamente, el sendero internacional de la minería del oro se consolidaba en mercados internacionales, con los afros, pobre, resistente, contaminados, expropiados, violentados y manipulados por carteles sin nombre.
 
Después llegarían los nuevos capitalismos globalizados, repartiéndose el planeta, agotando el petróleo, imponiendo los transgénicos y obligándonos a militar con los indignados.


Para ver el panorama social que se está desarrollando en el Ecuador, norte de Esmeraldas, a partir de la implementación de la palma aceitera, es necesario ver este proceso, que tanto como otras promesas extractivistas está vulnerando a la población en diferentes niveles.

El norte de Esmeraldas ha vivido de las prosperidades económicas que han traído el plátano, el cacao, la madera y ahora la palma aceitera.

Se esperaría que la región tuviese un desarrollo considerable, puesto que Esmeraldas explota en más del 60 por ciento del territorio la palma aceitera, ubicando al Ecuador como el Quinto país exportador de palma de aceite a nivel mundial.

El aceite en Colombia

Colombia es uno de los principales compradores de aceite de palma producido en Ecuador, en la Provincia de Esmeralda.

En el 2008 importó un valor de USD 23.836.069 de aceite refinado de palma africana correspondiente a 23 toneladas y aproximadamente el 99 por ciento de las importaciones totales de este producto tuvieron como destino final el área de Nariño y el Valle del Cauca

Igual que en Colombia

Cuando la palma llegó a la región del norte de Esmeraldas lo hizo como una promesa de empleo para los habitantes y como una búsqueda de mayor desarrollo para la región, pero si contrastamos esa idea de crecimiento del cultivo y beneficio en términos estructurales para la superación de la pobreza, vemos que dicha promesa no se ha cumplido.

No se puede decir que la culpa es de tal o cual, sencillamente las condiciones estructurales en el norte de Esmeraldas no mejoran y, por el contrario, han empeoraron en términos ambientales.

Aumenta el cultivo...aumenta la minería

A pesar de las condiciones geográficas de la región, la palma aceitera sigue su crecimiento aún por encima de territorios ancestrales.

Pero ¿qué hacer si el dinero por la venta de tierra es uno de los recursos visibles en la región? En este punto, no está en tela de juicio el crecimiento de la palma, sino considerar la idea de que la palma aparece como una única forma de solución económica a las condiciones sociales que viven los habitantes de la región.

Las condiciones de pobreza estructural en la región no sólo están llevando a vender las tierras, también ocasiona que los habitantes entren al mundo de la economía ilegal a través de la minería, los préstamos gota a gota, el sicariato, contrabando de combustibles, trata de personas y lavado de dinero.

Aumenta la violencia

La violencia en la región norte de Esmeraldas se ha incrementado en los últimos años, ello se puede ver por dos razones: una es el establecimiento en la región del grupo Águilas Negras, y, la otra, el aumento de homicidios que se ha dado en los últimos años por parte de la peligrosa fusión que se dio entre paramilitares colombianos y sicarios ecuatorianos, la cual se venía forjando desde principios de este siglo.

Pero y ¿qué tiene que ver esto con la palma?.

Directamente no tiene que ver, pero si hay evidencia de que el hecho de que los habitantes de la región recurran al préstamo gota a gota, algunos integran esas redes de narcotráfico, ya sea con el lavado de dinero, a través de la minería aurífera ilegal, deja entrever que la economía legal e ilegal comparten la región y ello deja como resultado el miedo en los pobladores y una problemática ambiental.

Mercurio y aluminio

En el año 2011, un estudio del Senagua y la Pucese estableció que el agua de algunos esteros ya es imbebible, por la alta presencia de aluminio y de mercurio que son nocivos para la salud a razón de la minería.

Ante esta situación algunos pobladores deciden hacer frente a la minería ilegal y se toman las principales vías del cantón con el argumento de que las aguas de la región se encuentran altamente contaminadas.

Esto se convierte en un importante problema si tenemos en cuenta que los peces de esos ríos contaminados son la fuente principal de alimentos de muchos hogares de la región.

Daño ambiental y violencia
En este punto ya se puede hablar de la fusión entre el daño ambiental y la violencia, puesto que para nadie es una mentira que los promotores de la defensa del agua y algunos presidentes parroquiales que se declararon como defensores de la misma se encuentran amenazados por los sicarios locales.

El Estado ecuatoriano en el año 2011 intentó hacer frente a la minería ilegal y a la economía ilegal que circula en la región a manos de los sicarios, con una acción militar conjunta donde destruyó casi 200 retroexcavadoras que se encontraban en los frentes mineros ilegales, pero ello no detuvo la extracción minera, sólo cambió los horarios de extracción puesto que se comenzó a realizar de noche.

El problema, en sí mismo, no es acabar con la minería ilegal, acabar con el narcotráfico o con el sicariato, sencillamente la población del norte de Esmeraldas no cuenta con las condiciones estructurales propicias que le hagan frente a la pobreza y, por el contrario, se ven abocados a vivir de la minería, trabajar para el narcotráfico, vender sus tierras y rebuscarse la manera de poder vivir.

Un camino para el petróleo internacional

Por lo tanto, la violencia estructural en la región se presta para que el capital extractivo y el sistema de acumulación se reproduzca de diferentes maneras.


La minería aparece como un sistema de acumulación extractivista, pero si vemos la violencia como un sistema estructural que permea las formas económicas de la región permitirá entender que el sistema de acumulación del capital extractivista de la palma de alguna manera está cómodo dentro de la violencia estructural y la pobreza de la región.

De ahí, entendemos por qué se puede hablar en la región de una acumulación desposesiva que se refleja en la compra de tierras y de territorios comunitarios sin que nadie diga nada y que el silencio reine en la región.

Así mismo, la implementación de la minería “legal” en la región aparece como resultado de ese sistema acumulativo desposesivo que tiene la minería ilegal, por lo cual esta minería “legal” deviene del mismo patrón de acumulación y, por lo tanto, reproducirá las mismas consecuencias en términos ambientales y sociales.

Por esta razón, la promesa del “desarrollo” y del “progreso” para la región se seguirá postergando y en años próximos veremos como el sistema de acumulación ofrecerá una nueva promesa que devendrá en la explotación petrolera en la región.

Autor: Iván Roa, publicado en www.ecoportal.net (26 de julio del 2012). Reproducido en la Revista La línea de fuego.

Credito
EL NUEVO DÍA

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