Vivimos en Gaia

Tomada de internet- EL NUEVO DIA
Nosotros, quienes aun creemos en la virginidad de la Luna, nos fuimos para Bogotá el 20 de Julio de 1969, en la exclusiva misión de convertir los sueños románticos en soportes científicos, para aplicar los pronósticos climáticos a las cosechas y enriquecer los cuartos de luna , del popular Almanaque Bristol.

Para esa  noche estaba programada la llegada del hombre a la luna… y realmente llegó. Aún tenemos muy fresca la frustración  del paisaje lunar,  que nunca podrá  superar lo espectacular de cualquier rincón ecológico terrestre.
Pero la gran estafa  fueron  las imágenes de los astronautas  ofreciendo un cálido saludo  a los habitantes  de nuestro planeta,  quienes   persistíamos  embobados  frente a los televisores. Nunca sabremos cómo diablos logro el monopolio  de las comunicaciones borrar toda la información al respecto.

Ese evento lo tenemos anexado a la  historia  de Enoc y su afán de ocultarla, a la construcción de las Pirámides,  a las Pistas de Nazca, a los indescifrables ordenamientos de las Rocas de Inglaterra………..,  a los artefactos y conocimientos asociados a  las gestas cristianas  y al afán globalizado de ocultar el origen de  todos los  monumentos  espectaculares  - con sabor religioso -  que tenemos regados por el planeta. 

No tenemos la culpa de las dudas  que  tenemos  frente a lo científico del Curiosity enviado recientemente a Marte,  pero a cada rato nos citan las aventuras de los  ovnis y los registros archivados por las potencias sobre ellos.

Hace unos 4.700 millones de años comenzó a formarse  Gaia, con características que no permitían la presencia de vida en este planeta, pero que a partir de ciertos sucesos comenzó la vida aquí…

La Tierra comenzó con un 98 por ciento de dióxido de carbono, pero la atmósfera de hoy es una mezcla inflamable de oxígeno y nitrógeno reactivo con solo un toque de dióxido de carbono, y algo está definitivamente manteniendo esta mezcla explosiva en su lugar.

La misma composición del aire de la Tierra proclama la innegable existencia de vida. La atmósfera terrestre contiene una gran cantidad de oxígeno libre, que es un elemento químico muy activo.

El hecho de que se encuentre libre en esas cantidades en la atmósfera significa que tiene que haber algo que lo esté reponiendo constantemente.


Si esto no fuera así, hace mucho tiempo que el oxígeno atmosférico habría reaccionado con otros elementos como puede ser el hierro de la superficie terrestre y habría desaparecido, exactamente igual que nuestros espectroscopios terrestres han mostrado que cualquier cantidad de oxígeno que hubiese habido se ha disminuido desde hace mucho tiempo en nuestros vecinos planetarios, Marte incluido.


CO2 en la Tierra
La vida llegó al planeta con una atmósfera de dióxido de carbono, comenzó a alterarla, produciendo un peligroso desperdicio, un gas reactivo llamado oxígeno que habría podido acabar con el experimento por completo.

Entonces el próximo paso de la vida y de Gaia fue balancear el conjunto de criaturas que consumían oxígeno y expiraban dióxido de carbono.


Pero una vez que fue hecho eso, como afirma Lovelock, la atmósfera original desapareció, y el agua y los ciclos del nitrógeno estaban borrando toda evidencia que se habría podido dejar en las rocas.


La luz del Sol es la única fuente de energía abundante, ubicua y casi infinita. ¿Qué camino concreto utilizaron los primeros fotosintetizadores? es tema de especulación.


La respuesta a esto se resuelve que para fabricar los azúcares tendrían que haber usado el carbono, con su dióxido como fuente. Ningún otro compuesto era tan abundante o tenía un suministro tan continuo desde los volcanes.


El crecimiento de los fotosintetizadores reduciría la abundancia atmosférica de este gas y, en consecuencia, el calor protector de ese invernadero gaseoso.


Una biosfera con una centésima parte de la actividad actual podría haber eliminado todo el dióxido de carbono en poco millones de años.  


Las algas del océano también extraen el dióxido de carbono del aire. Solo ahora los científicos comienzan a darse cuenta de que las algas de la superficie oceánica fijan en primer lugar el dióxido de carbono a las diatomeas y luego tras la aparición de otras algas, las cocolitóforas, llevan el dióxido de carbono ya solidificado, en sus pesadas cáscaras de carbonato, al fondo del mar.


El oxígeno, como el dióxido de carbono, ha variado en gran medida su presencia a lo largo de la historia geológica. Los científicos están casi seguros de que el periodo Arcaico de la Tierra supuso un estado de anoxia; es decir, el nivel del oxígeno libre en el medio ambiente era muy bajo o nulo durante esa época.


Acaso hubiera una huella de oxígeno libre en el aire; quizás una parte por millón, como el metanol actual. Las bacterias fotosintetizadoras eran abundantes durante el periodo Arcaico y parte del oxigeno podría habérseles escapado a la atmosfera, modificando trascendentalmente su composición.


Pre-Cámbrico
El periodo Pre-Cámbrico que siguió al Arcaico y transcurrió desde hace 2.500 a 700 millones de años. En este la vida unicelular apenas era bastante fuerte para sepultar las cantidades altas de carbono existentes y mantener un nivel elevado de oxígeno, contrarrestando así su eliminación rápida por la reacción con la rocas. Creo que el oxígeno no aumentó demasiado por encima del 1  por ciento hasta la evolución de plantas y animales grandes.
Estos últimos, especialmente si se mueven, necesitan bastante oxígeno en el aire. Es posible que la disponibilidad del oxígeno aumentara al evolucionar las plantas grandes. El oxígeno atmosférico debió aumentar rápidamente durante el periodo que transcurrió después que la Tierra fuera colonizada de forma extensiva y quedara sepultada más materia orgánica.

Era Arcaica

Durante la primera parte de la Era Arcaica, el oxígeno era escaso o inexistente. Como consecuencia directa de esta situación, no había ninguna población significativa de consumidores que se alimentaran de los fotosintetizadores y devolvieran así el dióxido de carbono a la atmósfera. En su lugar había metanógenos, bacterias primitivas capaces de existir solo en ausencia de oxígeno, que vivían descomponiendo la materia orgánica de los fotosintetizadores y convirtiendo el carbono en dióxido de carbono y metano.
Durante la última época de la Era Arcaica, cuando el flujo de los eliminadores de oxígeno (hierro y azufre de fuentes tectónica y volcánicas) comenzó a decaer, hubo un crecimiento gradual de los organismos consumidores en la superficie, donde probablemente habría oxígeno suficiente, producido por los fotosintetizadores como para sostenerles.
Los consumidores se habían extendido para cubrir la mayor parte de los océanos, al gastarse los compuestos marinos que recogían oxígeno. El declive de la actividad tectónica y volcánica fue probablemente consecuencia de un almacenamiento menor de elementos radioactivos primitivos, cuya descomposición suministra calor interior a la Tierra.
Las pruebas geológicas sugieren que a lo largo de la Era Arcaica, una proporción pequeña pero constante del carbono de los fotosintetizadores habrá sido sepultada. El ritmo no era tan distinto al actual, y habrá provocado la adición constante de oxígeno a la atmósfera, lo cual se habrá contrarrestado por su eliminación a través de las sustancias reductoras.
El final del periodo Arcaico estuvo marcado por un cambio repentino en una atmósfera dominada por el metano a una dominada por el oxígeno.

Credito
EL NUEVO DÍA

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