Colombia es un desastre ambiental

Fue la afirmación central de la contralora Sandra Morelli, en una entrevista concedida a Yamid Amat y publicada en El Tiempo el 14 de octubre, en una coincidencia sorprendente con la realización de los diálogos de Paz en Noruega y su continuación en Cuba.

La excelente entrevista tiene el respaldo del Informe al Congreso de la República sobre el Estado de los Recursos Naturales y del Ambiente 2011 - 2012, que simultáneamente la Contraloría General de la República les está remitiendo.

Y se puede consultar en http://justiciaambientalcolombia.org.

De la entrevista extraemos algunos apartes para esta página en EL NUEVO DÍA.

“Colombia está al borde de un desastre ambiental”. Así lo sostiene categóricamente la contralora General de la República, Sandra Morelli. La alta funcionaria enfrenta además, duramente, al ministro del Medio Ambiente, Juan Gabriel Uribe; lo ataca y lo rectifica y reafirma que Cerro Matoso no tiene licencia ambiental. Y advierte, además, que la eventual prórroga del contrato de explotación de ferro níquel “se caerá” si no tramita la licencia ambiental.

Sandra Morelli sostiene que en Colombia faltan autoridades ambientales que hagan cumplir la ley.

La Contralora General de la República desmiente y rectifica al Ministro del Medio Ambiente.

“Colombia firma todos los tratados de medio ambiente, de transporte de residuos tóxicos, de protección de los trabajadores en las zonas mineras, de controles al agua, de edad de los trabajadores; hace parte del observatorio informativo sobre la explotación del níquel; suscribe convenciones de medio ambiente de Kyoto, de Río de Janeiro, y los funcionarios parecen olvidar su carácter vinculante”.

Yamid: Pero el Ministro de Ambiente dijo que las cumplía con creces...
Sandra: No es así. En licencias ambientales estamos muy mal. El Ministro está equivocadísimo. Él no puede actuar como abogado y afirmar, sin que ello sea cierto, que ellos sí tienen licencia ambiental.

Resulta que los permisos que invocan los concesionarios fueron declarados inconstitucionales por la Corte, y hubo también decisión del Consejo de Estado.

Cerro Matoso no tiene licencia ambiental y no hace manejo adecuado del medio ambiente. La exploración y la explotación tienen trato jurídico distinto; no se ha pagado tasa de vertimiento, no tienen plan de manejo de aguas y nunca han tramitado ante el Ministerio un estudio de impacto ambiental y de mitigación de ese impacto. (Documento de evaluación y manejo ambiental).

Yamid: ¿Cerro Matoso no tiene su licencia ambiental?
Sandra: No tener licencia ambiental genera la caducidad de contrato, y, en vez de estar alegando con la Contraloría, deberían empezar los trámites rapidito.

Yamid: ¿En la negociación de prórroga se debe incluir la exigencia de la licencia?
Sandra: No podemos negociar las leyes. Afirmo categóricamente: no tienen licencia. Y mientras no la tengan, no puede haber prórroga. Pretermitir la licencia puede originar responsabilidad disciplinaria.

Yamid: ¿Lo que usted dice puede ser interpretado como una amenaza al Ministro?
Sandra: No. Lo que quisiera recordar al Ministro y también pedir al Gobierno es que entienda que la legalidad nos somete; es un yugo que obliga al Gobierno, obliga a Cerro Matoso, obliga al Ministro y me obliga a mí.

No es que yo sea mala ni el Procurador sea malo, que ellos son buenos y amigos del desarrollo y nosotros los perseguimos. Es que la ley se debe cumplir.

Yamid: Concretamente, ¿Cerro Matoso a qué se expone?
Sandra: A que un juez declare la caducidad del contrato. La obligación de la licencia surgió en 1993 y nunca hicieron los trámites para obtenerla. No es solamente un tema semántico; el permiso con que ellos funcionan era el Dema, que fue declarado inconstitucional por la Corte en 1998; es decir que desapareció del orden jurídico, y no es una licencia ambiental. Lo digo claramente: si no se consigue la licencia ambiental, el contrato se caerá en los tribunales.

Yamid: ¿El problema de medio ambiente en el país está limitado a Cerro Matoso?
Sandra: No, no, no. Tenemos realmente un problema ambiental serio en el país: Santa Marta, Cartagena, El Cerrejón en La Guajira, la minería del Cesar...

Yamid: ¿Qué ha hecho frente a eso la Contraloría?

Sandra: Frente a todos ellos, estamos contra viento y marea, contra infiltrados y corruptos, calculando el monto del daño ambiental para proceder a obtener los recursos para reparar el daño causado.

Yamid: En resumen: crisis en medio ambiente por Cerro Matoso, crisis por la Drummond, crisis en Santa Marta, crisis en Cartagena, crisis por Cerrejón....
Sandra: Mire: Colombia está expuesta a un desastre ambiental. Está en riesgo porque, al lado de la explotación minera y al lado del uso de los recursos naturales, no hay autoridades ambientales que estén exigiendo a todo el mundo, no solo a Cerro Matoso, que dejen de deforestar y de contaminar. Los que están diseñando mal el Canal del Dique van a acabar con todas las islas del Rosario. Ojalá el país reaccione: la perspectiva ambiental de Colombia es terrible. Agréguele el Tayrona. No tenemos autoridad ambiental. Recuerde que en años pasados se desarticuló el sistema nacional ambiental y se fusionó el Ministerio de Medio Ambiente con el de Vivienda y Desarrollo Territorial. Es como si siguiéramos en el siglo XIX. Es increíble no dar importancia a lo que más le preocupa hoy al mundo: el medio ambiente. Las lagunas se están secando. En el embalse del Neusa, la CAR de Cundinamarca mandó quitar todo el bosque y se demoró en reforestar, de tal manera que la capa vegetal terminó en el agua. Y no olvide el Tolima con La Colosa y Santander con Santurbán. En el primer caso, el tema del agua debe ser resuelto; en el segundo, explotación y exploración se confunden. Y está la minería ilegal. Y el carbón en Boyacá. Y el oro en Antioquia, Caldas y Chocó. Y el coltán, que el Gobierno ni siquiera clasificó como mineral sujeto al pago de regalías. Colombia está al borde de un desastre ambiental.

Yamid: ¿Cuál es el inventario completo?
Sandra: Todo el escenario terrible que le acabo de describir; en ese inventario ambiental está la bahía de Santa Marta, la manipulación y transporte antitécnico del carbón en toda la bahía; acumulación de residuos de carbón. Contaminación del río Manzanares por ocupación incontrolada de viviendas en la cuenca. Para el emisario submarino, que recoge las aguas negras de la ciudad, no hay tratamiento previo, y eso causa daño al ecosistema marino. La marina internacional en el puerto causa daño ambiental y ecológico, además de una invasión incontrolada del espacio público, y hay un manejo ineficiente de residuos sólidos de la planta de Palangana.

Yamid: ¿Y en Cartagena...
Sandra: El emisario submarino, por deficiencias en diseño y construcción, está generando un daño ambiental y social, para un detrimento fiscal estimado de 19 mil millones de pesos.

Yamid: ¿Y el caso del río Ranchería, en La Guajira...
Sandra: Daño ambiental y daño cultural múltiple por el impacto de la reubicación del río, que significa mover de su cauce al río a una distancia de 26 km, sin haber tenido en cuenta los efectos ambientales y sociales del proyecto. En el centro del país hay también hallazgos preocupantes: la represa del Quimbo, cuyas obras representan una afectación ambiental y social de enormes proporciones. Se abrió juicio de responsabilidad por un daño valorado en 352 mil millones de pesos.

Yamid: Este resumen presenta al país en un estado de asombrosa gravedad en lo ambiental...
Sandra: No tenga dudas: Colombia está al borde de un colapso ambiental sin antecedentes en nuestra historia.

Credito
YAMID AMAT Especial para EL TIEMPO

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