¿Qué brutalidad ha hecho por amor?

Si alguien le preguntara cuál fue su peor error, brutalidad, salida de los cabellos, comportamiento irracional, respecto al amor, tendría que hacer un balance para evaluar cuántas veces actuó por impulso, dejó a un lado la razón y se encegueció por el otro.

Si alguien le preguntara cuál fue su peor error, brutalidad, salida de los cabellos, comportamiento irracional, respecto al amor, tendría que hacer un balance para evaluar cuántas veces actuó por impulso, dejó a un lado la razón y se encegueció por el otro.
Precisamente en un portal web colombiano los lectores virtuales le dieron el mayor porcentaje a casarse. Para muchas personas casarse ha sido sinónimo de pérdida de libertad, de fracaso, de discusiones continuas, entre muchas connotaciones negativas.
El segundo ítem fue perdonar una infidelidad. Seguro quienes aseguraron que ese ha sido su peor error pudieron ser víctimas de unos segundos cachos o terceros. Y en tercer lugar firmar papeles de la pareja sin haberlos leído, pues depositaron toda su confianza en el otro y fueron estafados, se convierte en esa gran brutalidad hecha por amor.
Y es aquí cuando muchos acuden a la frase “el amor es ciego y de paso no oye razones”.
Por eso esta redacción quiso preguntarles a expertos en el tema de las relaciones de pareja porqué para muchos se convierten esos tres factores en la peor brutalidad de sus vidas, y hasta qué punto aprender de ellos.

Preguntas y respuestas
Claudia Astrid Becerra
Psicóloga

¿Qué decir de las personas que siguen creyendo que la peor brutalidad que han hecho por amor ha sido casarse? ¿Qué los lleva a ver el matrimonio de esa forma si aparentemente se casaron por amor?
Pienso que tales creencias obedecen a que la mayoría de las personas tiene una expectativa demasiado idealizada de la relación de matrimonio y, por tanto, es lógico que cuando se encuentran de frente a la realidad, la decepción es alta también.
Debemos comprender que la relación de pareja es, de lejos, la relación más compleja (y por tanto difícil) que los seres humanos podemos experimentar; también hay que ir a la relación de pareja para compartir lo recibido, la mayoría cree que se “casa por amor al otro”, en realidad se casan esperando que “él otro les ame”, que el otro colme todas sus necesidades afectivas y eso es imposible.

¿Hay quienes afirman que el peor error de sus vidas ha sido perdonar una infidelidad? ¿Será que no perdonaron de corazón? ¿Qué decir en el caso de que hayan perdonado, pero su pareja haya vuelto a cometer la falta?
En mi experiencia como terapeuta puedo decir que una infidelidad no es motivo suficiente para terminar con una relación de pareja. De hecho muchas veces se convierte en la oportunidad para revisar la “solidez estructural” de una relación. Poder construir acuerdos en pareja y que estos se cumplan, es signo de que estamos en pareja con un “adulto”; por el contrario, si los acuerdos de lealtad y fidelidad no se cumplen, esto indica que estamos en pareja con un “niño(a)” (psicológicamente hablando).

Firmar papeles sin leerlos, confiando ciegamente en la pareja, puede ser un grave error. ¿Qué decir al respecto de este ítem?
Los efectos civiles del matrimonio deben ser considerados con absoluta seriedad y sinceridad antes de comprometerse en la “labor” que es construir este vínculo; esto le permitirá a las personas saber qué pueden esperar o no de su pareja más delante. Es ideal que en una pareja el ingreso económico de ambos sea similar y que hagan acuerdos claros sobre cómo van a manejar el dinero de los gastos conjuntos. La solvencia económica de ambos miembros de la pareja legítima la relación (así podremos afirmar: “Vivo contigo porque así lo deseo, no porque me toca”).


“Mi pareja me hizo firmar papeles y me enredó”
Es probable que usted se sienta víctima, pero también es bueno entrar a evaluar cuáles son sus capacidades de persuasión para saber elegir pareja, para entregar la confianza a alguien que se la ha ganado. Usted es adulto y sabe los riesgos por los que puede enfrentarse si de firmar un papel sin leer, cualquiera que sea, se trate.
La psicóloga Olga Susana Otero indicó que “depender y confiar a ciegas es un comportamiento que es dependiente y como dependiente nos comportamos como niños, cargamos al otro con las responsabilidades que no somos capaces de asumir y luego nos colocamos como víctimas. Los adultos somos responsables de nuestros actos y de sus consecuencias, pues cada ser humano es responsable de crear, permitir y promover situaciones”, enfatizó.
Así que si pasó por ingenuo es bueno aprender de la experiencia y seguir, cultivar buenas relaciones y dejarle claro a todo el mundo que debe leer siempre lo que va a firmar.

¿Casarse ha sido su peor error?
La psicóloga Olga Susana Otero expuso que “casarse no hace que mágicamente crezcamos, es comenzar a construir una relación de pareja en que somos responsables del resultado: la relación que se plantee con errores y aciertos. La vida no puede ser comprendida si no miramos hacia atrás y no puede ser vivida si no miramos adelante”, por eso invitó a las personas a evaluar sus relaciones y dejar de creer que el matrimonio es la peor brutalidad que han hecho en su vida. ¿Qué decir de aquellos que viven pregonando que el matrimonio es lo peor que  les pudo haber pasado? “Es una frase que pretende ser jocosa y refleja inmadurez”.


LISTA
¿Qué aprender de esas experiencias poco placenteras?
La psicóloga Claudia Astrid Becerra hizo una reflexión sobre el trasfondo de un  fracaso matrimonial, perdonar una infidelidad y que esa persona vuelva a fallar, o encontrar traición por parte de la pareja respecto a lo económico.

1 Amar y estar enamorado no son lo mismo, así que es mejor casarse para amar y no casarse enamorado(a). (Enamorado(a): dícese de aquel que idealiza a su pareja para después reclamarle que no sea perfecto(a)).

2 Una infidelidad se comprende o no, se trabaja o no, se elabora o no, pero no es posible que nos creamos con el derecho de perdonar (juzgar) a nuestra pareja. (Ninguno de los dos es perfecto, por tanto en algún momento pueden fallar).

3 Si antes de casarme o irme a vivir con alguien no puedo establecer claros acuerdos sobre lo económico, es señal de que no somos pareja. Una pareja real se permite el diálogo hasta de los temas más delicados.

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