Papa no utilizará en Brasil un papamóvil blindado

AFP - EL NUEVO DÍA
El papa Francisco no utilizará el papamóvil blindado que empleaban sus predecesores durante su permanencia en Brasil a partir del próximo lunes y espera así lograr un contacto directo con los jóvenes que asisten a la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro.

"Es una decisión del papa", contó el portavoz del papa, padre Federico Lombardi.

El papa utilizará, en cambio, el todoterreno blanco descubierto con el que recorre habitualmente la plaza de San Pedro durante las audiencias generales de los miércoles.

"Se trata del mismo vehículo. Es que se siente bien teniendo un contacto directo" con los jóvenes, explicó Lombardi.

Según el programa papal, Francisco tendrá muchas ocasiones para darse un baño de multitudes a lo largo de su permanencia en Brasil, del 22 al 28 de julio.

El papa contará también con otro todoterreno verde, como reserva. Los dos automóviles fueron enviados a Brasil desde Italia.

La agenda del papa en Brasil fue ampliada con respecto a la elaborada por Benedicto XVI, quien renunció al papado en febrero pasado.

"El programa fue adaptado, intensificado y enriquecido para ciertos eventos", adelantó Lombardi.

Tras su llegada el próximo lunes a Brasil, el papa descansará el martes y viajará en helicóptero el miércoles de Río de Janeiro al santuario de Aparecida, en el Estado de San Paolo, uno de los más visitados de América Latina.

"Es una visita que Francisco deseaba mucho realizar", explicó Lombardi.

El papa visitará también una favela, se reunirá con los obispos del Consejo Episcopal Latino Americano (CELAM) e invitó a cinco jóvenes reclusos para un encuentro en el palacio episcopal.

También visitará un centro que acoge a jóvenes sin recursos, y que está especializado en recuperación de dependencia de drogas y alcohol.

Francisco saludará a todos los periodistas que viajarán con él en el vuelo papal, pero su portavoz advirtió que "no desea dar entrevistas ni ruedas de prensa", al contrario de sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Credito
AFP

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