La escena, que conmocionó a los habitantes de  Puerto Santa Ana, en el centro-norte de Guayaquil, duró alrededor de 4 horas, donde se vio al hombre sentado sobre un ventanal en uno de los pisos de la parte alta del edificio.

Al lugar llegaron varias unidades de rescate del Cuerpo de Bomberos, 20 socorristas, entre paramédicos y psicólogos,  que pretendían persuadir las intenciones del mencionado.

Sin embargo, tras unas largas horas de angustia, el hombre decidió acabar con su vida lanzándose al vacío.

Según los medios locales; el hombre, identificado como Carlos Vera, habló con una última persona antes de saltar; el interlocutor resultó ser su hija, quien ese día cumpliría 8 años de edad.

La víctima,  al parecer, de nacionalidad venezolana, felicitó por vía telefónica, a su hija y después acabó con su propia vida.

Habitantes del sector describieron a Vera como una persona normal, calmada y con una gran devoción de dios, pues siempre se le veía con una biblia bajo el brazo.

Dato

El hombre sostuvo todo el tiempo un cuchillo con el que se defendió de ser rescatado.