Haití: radiografía de un país ingobernable

Crédito: Vanguardia / EL NUEVO DÍA
El país caribeño vive un recrudecimiento de la violencia y el hambre, tras el asesinato de su presidente Jovenel Moïse. La crisis institucional y de gobernabilidad se acentúan sin que se vislumbre una salida que brinde la estabilidad necesaria para organizar elecciones.
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Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse hace más de seis meses, Haití está sumido en una crisis de gobernabilidad. 

El retrato es el de un país que va cuesta abajo, con un gobierno interino muy cuestionado, que se hunde en la miseria y el hambre, con elecciones en el limbo, una creciente inseguridad que impulsa la inestabilidad y el aumento de flujos migratorios dentro y fuera de su territorio, sumado al auge de bandas criminales bajo la complicidad policial que han recrudecido la violencia. 

En este contexto, las autoridades policiales y gubernamentales han sido incapaces de esclarecer el magnicidio de Moïse frente a la apatía de una comunidad internacional, que no ha brindado la asistencia necesaria a la nación más pobre de América.

La radiografía es crítica, sentencia Mauricio Jaramillo, investigador y profesor de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario.

Fotoilustración / Vanguardia / EL NUEVO DÍA.

En primer lugar, explica que se esperaba una transición tras la muerte de Moïse, pero lo que se ha visto es un Estado incapaz de realizar elecciones, las cuales estaban previstas en noviembre pasado, y además, incapaz de dilucidar los móviles y las circunstancias que llevaron al magnicidio.

Adicional a ello, Jaramillo considera que Ariel Henry, quien ha prometido una nueva Constitución y elecciones en 2022, no genera unos niveles mínimos de confianza. 

Henry, neurocirujano y ministro del Interior del expresidente Michel Martelly, asumió el cargo de primer ministro el pasado 20 de julio, y ha sido vinculado con un sospechoso del asesinato de Moïse. Incluso fue víctima de un intento de asesinato en enero pasado, durante un evento público.

Si bien la situación no es tan dramática como cuando ocurrió la muerte del presidente haitiano el pasado 7 de julio en un asalto a su vivienda en las afueras de Puerto Príncipe por un comando armado de colombianos, está lejos de la estabilidad, reconoce. 

Se han presentado obstáculos y amenazas por parte de ciertos sectores para ralentizar, o por lo menos dificultar la investigación, apunta en esa línea Miguel Gomis, director del Departamento de Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana. 

De hecho, el Gobierno colombiano denunció recientemente que su cónsul en Haití, Julio Santa, fue amenazado cuando gestionaba la defensa de 18 exmilitares colombianos presuntamente implicados en el magnicidio de Moïse.

 

Hambre pandillas

 

Como telón de fondo está la crisis de seguridad y alimentaria que vive el país desde hace decádas, que afecta a 4,3 millones de sus 11 millones de habitantes, cifra que se duplicó desde 2018. Además 6,3 millones de sus 11 millones de habitantes sobreviven con menos de dos dólares al día, según el Banco Mundial.

Igualmente desde 2016 Haití ha estado gangreado por mafias y pandillas, remarca Jaramillo, quien incluso se refiere a que algunas tesis apuntan a que Moïse se había aliado con algunas pandillas para mantener el control del país, ya que sufría una crisis de legimitidad desde que fue elegido entre 2015 y 2016.

Según la ONU, más de 90 pandillas armadas operan en todo el territorio y controlan más de la mitad de la capital, Puerto Príncipe. 

Y justamente es esa debilidad institucional existente, sin entidades robustas en la recolección de pruebas, lo que ha hecho que la  investigación por el magnicidio esté muy quedada, sin resultados concluyentes, enfatiza Jaramillo, “así que nos vamos a demorar varios años en saber qué pasó con Jovenel Moïse”.

Por otro lado, Reyes llama la atención sobre la situación de un país erosionado por el abuso ecológico y las dictaduras.

Fotoilustración / Vanguardia / EL NUEVO DÍA.

La historia reciente de Haití ha estado caracterizada por disputas por el poder reflejo de una larga lucha por crear una democracia estable tras décadas de dictadura que llegaron a su fin a mediados de los años 80. Basta decir que es el único país de América que ha tenido más de 20 gobiernos en 35 años.

Desde el punto de vista político, Gomis advierte que con la elección del Consejo Nacional de Transición, al que se opone Henr, aparece una dualidad de poder, lo cual es “peligroso porque genera más zozobra y confusión”.

Plantea que la salida más factible son las elecciones, pero en vista de que ese Consejo Nacional de Transición tiene recelos sobre lo que está haciendo el gobierno actual de Henry, teniendo en cuenta la discusión actual sobre la legalidad de esa misma transición política, admite que el camino es muy incierto.

En cuanto a lo que pueda hacer la comunidad internacional, Gomis sostiene que Haití no está entre las prioridades de la agenda que está centrada en Ucrania y la pandemia, lo cual se nota en la situación interna del país, y cree que las potencias no harán mucho en  el futuro inmediato salvo dar su apoyo al gobierno actual y las elecciones.

 

Situación de colombianos

 

Hasta la fecha, aunque se conocen las personas involucradas, no hay claridad sobre los autores intelectuales que dieron la orden de matar a Moïse, lo que a juicio de Gomis, es lo más relevante y donde surgen la mayoría de las preguntas.

En el marco de la investigación, 44 personas están arrestadas, presuntamente vinculadas con el hecho. Además de los 18 ciudadanos oclombianos, figuran 12 policías y seis ciudadanos haitianos, tres de ellos nacionalizados estadounidenses.

Algunas pistas apuntan a que Moïse iba a entregar a Estados Unidos una lista de personalidades relacionadas con el narcotráfico, asegura Gomis, quien agrega que también habría que cuestionar quiénes son los actores y si son los mismos que están osbtaculizando la investigación.

Frente al caso, Mauricio Reyes, docente de la Facultad Derecho de Ciencias Políticas y Sociales Universidad Nacional, opina que todo muy confuso y aún no hay claridad sobre quién está detrás del asesinato del Presidente haitiano.

Para él es claro que los colombianos sabían a qué iban, “pero los usaron, son delincuentes no contratistas y fueron a delinquir”, estima Reyes, quien cree que hay piezas que faltan en este complejo rompecabezas.

En ese sentido, Jaramillo añade que el Gobierno colombiano hizo lo que debía. Es decir, ha pedido que se les respete el debido proceso, más allá  de que no ha tenido mayor involucramiento.

Además recuerda el compromiso asumido por las autoridades haitianas, especialmente por el primer ministro Henry de que  iba a dar con los responsables del magnicidio, lo cual, creó una falsa expectativa en el país caribeño. 

 

Dato

 

El 82,4 % de los haitianos quiere emigrar, a raíz de las múltiples crisis que atraviesa el país.

1.002 secuestros hubo en el país en 2021, entre ellos  los de 81 extranjeros de seis países.

 

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Credito
ÁNGELA CASTRO ARIZA.

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