El pasado 13 de febrero, la vida del pequeño Davi Lucas de Miranda llegó a su fin, luego de caer casi 15 metros al vacío desde un tobogán en el parque acuático diRoma Acqua Park en Goiás, famoso en Brasil.

Según investigación de las autoridades, el niño de 8 años les dijo a sus padres que tenía que ir al baño, pero en realidad se desvió hacia el “Volcano”, un tobogán compuesto por otros cuatro deslizaderos que se desprenden de la cima de un “volcán” de mentiras, indicó el diario The Sun.

No obstante, la atracción acuática se encontraba fuera de servicio y rodeada con una cinta amarilla, señales que el menor pasó por alto y siguió adelante para lanzarse. El niño escogió el tobogán que tenía un ángulo recto y no le permitía ver que, más adelante, estaba incompleto y le faltaban varias partes.

El niño se deslizó y cayó al vacío, golpeó la estructura de metal y cayó en una piscina de aproximadamente 70 centímetros de honda donde acabó gravemente herido pero aún con vida. De inmediato se le trasladó Hospital Municipal donde murió minutos más tarde.

“Le dije a Davi que iríamos al día siguiente, pero él tenía muchas ganas de ir”, expresó el padre para el medio UOL Brasil. “Le avisé que íbamos a tener que quedarnos un rato y me dijo ‘me muero por ir al parque’, así que fuimos con el cochecito con mi hijo de un año y él (…) Él estaba acostumbrado a bajar el ‘Volcano’. Todo sucedió muy rápido”, añadió.

El parque acuático expidió un comunicado afirmando que “la zona en la que se produjo el accidente estaba totalmente cerrada con vía muerta y debidamente señalizada para obras de reforma y mejora (…) En cincuenta años de historia y tradición, el Grupo DiRoma nunca había sufrido una tragedia de esta magnitud”.

Las autoridades continúan investigando el caso.