El Polo Democrático Alternativo, la Unión Patriótica, el Congreso de los Pueblos, la Marcha Patriótica y el Partido Comunista, es decir, las más importantes organizaciones de izquierda del país con asiento en el Tolima, tuvieron la oportunidad de reunir a sus más destacados dirigentes nacionales y del departamento, con el fin de analizar la conveniencia y posibilidad de desarrollar entre nosotros la iniciativa que ya nacionalmente ha comenzado a tomar vuelo, y que consiste en conformar un Frente Amplio por la Paz.

Esta iniciativa es un desarrollo de las viejas aspiraciones de los sectores democráticos y de avanzada de ponerle fin al sectarismo característico de muchas de sus organizaciones y desplegar a cambio una amplia convergencia que las ponga en el camino de la unidad necesaria para acometer con éxito las transformaciones que nuestro pueblo reclama.

Este evento se realizó este sábado, en momentos en que hay hechos nuevos que hacen más apremiante la búsqueda concertada de sus objetivos. Primero, las ambigüedades del Gobierno que dice querer la paz, mientras sigue impulsando su guerra y sus reformas para acentuar las desigualdades sociales.

Estas ambigüedades solo podremos romperlas trabando al unísono; y solo trabajando al unísono podremos lograr que la paz de los acuerdos se haga realmente estable y duradera a través de la justicia social.

Y en segundo lugar, porque necesitamos construir un nuevo poder. Un nuevo poder que sea garantía de democracia, de soberanía, de dignidad para las masas, de un futuro seguro para nuestros hijos, de educación, salud, techo, recreación y un paulatino confort. Estos son los propósitos que hoy nos llaman a la unidad, pero no los únicos.

No obstante, son los que pueden hacer de las múltiples cofradías hoy existentes en el país el torrente capaz de arrasar con tantos obstáculos políticos, económicos y sociales que dificultan la felicidad a nuestro pueblo. De allí que todos estos esfuerzos sean bienvenidos, y ojalá hoy sí acogidos con entusiasmo por quienes antes han manifestado su interés en ellos, pero se han dejado ganar por sus muchos intereses personales.

Pero el Frente Amplio por la Paz debe ser también del interés de las organizaciones sindicales, comunales, cívicas, culturales, etcétera, porque, al fin y al cabo, sus propósitos están encaminados al bien de todo el conjunto social, y a todos corresponde impulsarlos.

Por eso es de lamentar ausencias de este evento tan notables como la CUT, Simatol, las organizaciones de pensionados, los líderes comunales, ambientales y culturales, que tanto tienen por ganar y tan poco por perder con las transformaciones que este Frente Amplio por la Paz está llamado a liderar.